Ríos de España:Origen de sus nombres
Los caudales de la península deben buenas parte de sus nombres a sus denominaciones en árabe, latín o lenguas prerromanas. Otros provienen de mitos o leyendas.
Mientras que los ríos de la península llevan miles de años inmutables, no ha ocurrido lo mismo con sus nombres: según los pobladores de la región, los hidrónimos, nombres propios de los lugares, han ido modificándose gracias a diferentes lenguas y referencias históricas. ¿Por qué hoy se llaman como se llaman? Es una cuestión de historia, análisis etimológico y, en muchos casos, imaginación, pues perdido el rastro histórico solo queda teorizar o servirse de las historias populares. Estas son las procedencias de los principales caudales de la península.
Por su color
Llobregat: dos colores podrían ser el origen etimológico de Llobregat, negro o rojo. En el caso del negro, podría provenir de «llóbrec», lóbrego en catalán, y en el caso del rojo, del latín «rubricatum».
Miño: al igual que el Llobregat, el nombre del Miño también podría tener su origen en el color rojo: «Minium» es en latín «del color del minio», un mineral rojizo. Otra posibilidad es que su procedencia no sea latina sino que venga del indoeuropeo «mein», que significa «corriente de agua».
Tambre: según las Notas acerca de la Hidronimia Gallega, el nombre de este río gallego parece proceder de la palabra céltica «tam», cuyo significado es «oscuro» y que también aparece en otros nombres de caudales como el Támesis.
Tinto: tal y como explica el Análisis etimológico de la macrotoponimia onubense,debido a la oxidación de los minerales que se encuentran en el cauce de este río, el agua adquiere un color rojizo similar al del vino tinto, que le da nombre.
Por su nombre prerromano
Duero: la teoría más aceptada es que procede del indoeuropeo, que utilizaba el hidrónimo tur- o dur- del mismo modo que los árabes utilizaban el guad- (wādi). El prefijo indoeuropeo da nombre también a otros ríos como el Turia o el Duerna.
Júcar: según las investigaciones de Joan Carles Membrado Tena, del Departamento de Geografía de Universidad de Valencia, el origen de Júcar –Xúquer en valenciano–es el mismo que el de otro río español, el Segre. Ambos hidrónimos provienen de la unión de los morfemas indoeuropeos «seik», cuyo significado es «fluir» y «or», «agua» o «río».
Miera: la denominación de este río parece provenir de Magrada, tal y como lo designó el cronista latino Pomponio de Mela en el siglo I. Otra teoría, explicada en El hidrónimo prerromano “mira”, sostiene que el nombre de este río proviene del término indoeuropeo “mira”, utilizado para denominar masas de agua.
Saja: al igual que el Asón (antes conocido como Sauga), Saja proviene del indoeuropeo Salia, cuya raíz “sal” parece estar vinculado con “río” o “agua corriente”.
Ter: documentos del año 833 citados por el historiador catalán Pelayo Negre i Castell aluden a este río como Tezere o Tezero, y este parece ser el origen del Ter actual. Respecto a la etimología de Tezere, algunos investigadores consideran que podría venir del bretón «ster», cuyo significado es «río».
Turia: al igual que ocurre con el río Duero, la teoría más aceptada es que Turia provenga del indoeuropeo «tur», cuyo significado es «río». Otra teoría alude a la ciudad prerromana «Tiris», cercana a la desembocadura.
Ulla: «Wel» es, según explica Leonard A. Curchin en Los topónimos de la Galicia romana, «hacer girar» en las lenguas indoeuropeas, que haría referencia al sinuoso curso del río. Ese «Wel» podría haber dado lugar a «Oula» y este al actual Ulla.
Por su nombre romano
Ebro: el origen etimológico de la palabra Ebro es el mismo que el de la península ibérica, el topónimo Hiber (los romanos llamaban a este río Hiberus Flumen). Otra teoría es que proviene de Evros, que significa de curso fácil y que da nombre a otros ríos europeos como el Evros.
Sella: el nombre de este río asturiano parece provenir de «Salia», apelativo adquirido en la época romana y que está vinculado con los salaenos, una tribu cántabra para la cual este caudal hacía de frontera.
Por su nombre vasco
Ibaizábal: su nombre tiene su origen en el euskera y proviene de “ibai”, río, y “zabal”, ancho. Significa, por tanto, río ancho.
Por su nombre árabe
Guadalhorce: hasta el siglo XVIII, este río con nacimiento en la provincia de Málaga era conocido indistintamente por dos nombres, Guadalquivirejo y Guadalhorce. El primero, que ya se ha perdido, era un diminutivo de Guadalquivir, y el segundo proviene de su designación en árabe, «wādī l-jurs», que significa «río de la guarda» o «río silencioso», según diferentes interpretaciones.
Guadalquivir: su nombre significa «río Grande» y procede íntegramente del árabe «Al-wādi al-kabīr».
Guadiana: según el Análisis etimológico de macrotoponimia onubense, el origen etimológico de este río está formado por wādi-, («río» en árabe), y -Ana. Ana era el nombre por el que este río era conocido antes de la llegada de los árabes, y existen dos teorías del porqué: que proviene del romano «Anas», una familia de patos, por lo que vendría a significar «río de patos» o que procede del prerromano «Ana» que es, sencillamente, «agua» o «río».
Guadalmedina: como casi todos los ríos con el lexema “gual”, el origen del Guadalmedina proviene del árabe. En este caso, de “wādi l-madina”, río de la ciudad.
Origen de leyenda
Guadalete: Lethes es el nombre de uno de los ríos del Hades en la mitología griega, el río del olvido. Según algunos cronistas medievales como Pedro de Medina, griegos y cartagineses firmaron en sus orillas un acuerdo para olvidar sus rencillas, y por ello el río comenzó a ser denominado Lete. A su llegada, los musulmanes añadieron el «al-wādi» –«río» en árabe–, acuñando así Al-Wādi Lete, del que deriva su nombre actual.
Personajes históricos
Tajo: su nombre proviene de la designación romana del río, «Tagus», que podría ser un homenaje a un rey íbero llamado Tago, según el historiador portuguésAndré de Resende.
Orígenes inciertos
Asón: este río parece ser al que los cronistas latinos Pomponio de Mela y Cayo Plinio denominaban Sauga. Tal y como indica la Asociación Cultural del Sauga, este nombre tiene origen indoeuropeo, y aunque no está clara su procedencia, existen otros ríos como el Saja con el que comparte lexema, así que podría tratarse de un hidrónimo.
Nervión: los orígenes del nombre de este río no están claros, aunque existen dos teorías predominantes: una, que provenga del nombre de un pico cercano, la Peña Nervina. Otra, que sea un homenaje al emperador romano Nerva.
Pas: el nombre actual de este río se generalizó en la Edad Media y existen dos teorías respecto a su procedencia: una, que proviene del latín “pax”, paz, en honor de la paz firmada entre cántabros y romanos. Otra, que proviene de “passagio”, un impuesto que los castellanos debían pagar para cruzar el ganado. Anteriormente, se conoció como Gurueva.
Por su lugar de procedencia
Segura: tras ser denominado como Thader, «palmera» por los romanos y Wadi al-Abyad, «río blanco», por los árabes, este río pasó a llamarse Segura tras la reconquista haciendo referencia a la sierra en la que nace, la Sierra del Segura.
Bidasoa: el nombre parece provenir de «camino a Oiasso», ciudad portuaria de los vascones durante el Imperio romano en la que desemboca este río. En latín «camino a Oiasso» es «Vía ad Oeassonem», de donde podría derivar el término, aunque otra posibilidad es, según explica la Guía Repsol, que provenga de la misma frase pero en vasco, ya que «bide» significa «camino».
Por Pablo Cantó
Con información de El País
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