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Guta Oriental, zona de guerra contra el terrorismo

El conflicto de Guta Oriental- (Siria)

Un batallón, (de entre 500 y 800 integrantes), de las Fuerzas Tigre, unidad de élite del ejército sirio, llegó el sábado 24 de febrero a Damasco para posicionarse cerca de Guta Oriental, donde desde hace días los militares sirios llevan a cabo operaciones antiterroristas. Este batallón se especializa en combates en zonas urbanas y operaciones relámpago, por lo que podría ser uno de los primeros en adentrarse en Guta Oriental y enfrentarse a las bandas extremistas en la zona.




Desde el inicio de sus ataques aéreos contra los terroristas, las fuerzas sirias han ido concentrando unidades de ataque cerca de Guta Oriental ante la próxima batalla terrestre que tendrá lugar con el fin de expulsar a los extremistas de dichas zonas, a pesar de los intentos de países occidentales y de la región para obstaculizar la ofensiva.

Como ocurrió en el caso de las operaciones para liberar la ciudad de Alepo, los países occidentales y principales medios de comunicación, además de varias naciones de la región, han reiniciado una campaña propagandística contra el Gobierno de Damasco.

De hecho, tanto esos países como los medios vinculados a ellos ignoran por completo las atrocidades cometidas por los grupos terroristas y armados en Guta Oriental —entre ellos el brazo sirio de Al-Qaeda— como impedir la salida de los civiles de las zonas de combate y usarlos como escudos humanos, dificultando así las ofensivas antiterroristas sirias.

Tales países hasta han instrumentalizado la Organización de las Naciones Unidas (ONU) —y, en concreto, el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (CSNU)— y, por medio de resoluciones del CSNU, han tratado de presionar a Damasco para cesar su operación antiterrorista.

Tregua Humanitaria en Guta

El presidente ruso, Vladimir Putin, ha ordenado una «tregua humanitaria» en Guta Oriental a partir del 28 de febrero. Se pondrá en marcha un «corredor humanitario» a través del cual los civiles puedan salir, han dicho fuentes de su gobierno. El cese al fuego se extendería cada día desde las 09.00 hasta las 14.00 hora local.

Debido al hecho de que esta región es controlada por las bandas extremistas, no existe información fiable sobre las víctimas, la situación humanitaria y las destrucciones provocadas por los enfrentamientos, pues las cifras oscilan dependiendo de la fuente.

Guta es una de las pocas zonas del país aún bajo control de los rebeldes. Sobre el terreno los activistas hablan de masacre, y las imágenes muestran cadáveres bajo los escombros y calles destruidas.

El ministro de Exteriores ruso, Serguei Lavrov, insistió en que la resolución de la ONU no puede incluir a los «terroristas» y no debe ser un obstáculo para las acciones militares de Damasco contra los yihadistas.

“Este es un proceso legítimo de liberación, necesario desde hace tiempo. ¡No más yihadistas de Al Qaeda junto a nuestra capital!”, declaraba la semana pasada el parlamentario sirio Fares Al Shehabi.

Guta Oriental es una de las «zonas de seguridad» acordadas durante las conversaciones de paz impulsadas por Rusia, Irán y Turquía en Astaná, potencias garantes de ese proceso. Rusia ha apoyado con condiciones la tregua de 30 días aprobada por el Consejo de Seguridad de la ONU tras haber sido acusada junto al gobierno de Damasco de la muerte de cientos de civiles en los bombardeos de las últimas dos semanas.

El pasado enero, Guta volvió a ser objetivo de dos ataques con cloro, según denunciaron fuentes opositoras. El Ejecutivo de Bashar al-Assad y su aliada Rusia nunca han reconocido estos ataques, y han acusado de ellos a los opositores, bien denunciando que los grupos armados usan sus propias armas contra civiles o sugiriendo que se trata de montajes para provocar una reacción internacional.




El cloro es menos letal que el sarín, pero puede provocar muerte por asfixia. Moscú ha vuelto a rechazar los hechos asegurando que son «noticias falsas». El ministro de Defensa de Rusia, Sergei Shoigu, recordó que Guta «no es el único foco de tensión para los civiles y refugiados» y aludió al campamento de Al Rukban, junto a la frontera con Jordania, una zona que, recordó, «está controlada por Estados Unidos». Por eso propuso también declarar una pausa humanitaria y abrir corredores en esa zona para que «los civiles puedan regresar a sus casas». Moscú aboga por la creación de una comisión humanitaria bajo los auspicios de la ONU para valorar qué hacer en Raqqa, donde la situación epidemiológica es «gravísima», pues aún quedan muchos cadáveres entre los escombros de los edificios.

Guta bajo el control rebelde

Tres facciones rebeldes se reparten hoy el control de Guta Oriental: el nordeste está bajo el control de Yeish Al Islam, (Ejército del Islam), un grupo salafista apoyado por Arabia Saudí surgido de la alianza de varias milicias yihadistas. El suroeste lo controla Failaq Al Rahman, otra agrupación vinculada a los Hermanos Musulmanes que cuenta con aproximadamente 9.000 combatientes, y que se opone a la primera, con enfrentamientos frecuentes entre ambas. La zona de Harasta, en el noroeste, está en manos de Ahrar Al Sham, antaño una de las organizaciones más poderosas de la insurgencia siria.

La mayoría de las localidades de Guta Oriental han sido abandonadas, y sus habitantes se han concentrado en Duma y Harasta, las poblaciones donde más posibilidad hay de conseguir comida. La UE y EEUU culparon al ejército de Assad, mientras éste y sus aliados aseguran que se trató de una operación de falsa bandera lanzado por el Ejército Libre Sirio con el propósito de provocar una intervención estadounidense.

Hasta el año pasado, los insurgentes mantenían un sistema de túneles que permitían la entrada de armas y municiones. No obstante, el ejército sirio los capturó en la primavera de 2017. En septiembre de ese año prohibió también la entrada de alimentos,  una estrategia que ya había aplicado en lugares como Homs, Hama y Alepo.




Fuego cruzado

Las partes del conflicto se acusan mutuamente por la crisis: los llamados grupos ‘rebeldes’ dicen que el Gobierno de Siria, con la ayuda de Rusia, está bombardeando la mencionada zona —esta versión se refleja ampliamente en los medios occidentales—, mientras que el Ejército sirio culpa a los terroristas y sus patrocinadores por la situación.

De hecho, Damasco y Moscú insisten en que los extremistas impiden la entrega de ayuda humanitaria a los civiles o su huida mediante corredores humanitarios, atacan de vez en cuando las zonas residenciales en la capital siria, Damasco, incitan así a la respuesta de las fuerzas sirias, y perturban todo esfuerzo en pro del diálogo.

Con información de Hispan Tv

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