El nudo como amarra mata
«Las familias son tejidos. Resulta imposible tocar una parte sin hacer vibrar el resto…»
En la Europa del medievo, estuvo extendida la creencia de que los nudos podían impedir la consumación del matrimonio. Se dice que en algunos países como Siría, los novios el día de la boda se desabrochan los botones y deshacen todos los nudos de su ropa, tales como lazos, cintas y cordones.
Una de las formas de brujería más popular era hacer nudos en una cuerda y luego recitar conjuros o encantamientos sobre los nudos con el fin de embrujar o lastimar a otra persona. Ver «Del mal de las hechiceras sopladoras de nudos». (Corán 113:4)
En España y en otros países, algunos nudos como el nudo llano, puede significar la unión en matrimonio de una pareja para siempre. Ya de por sí la palabra enlace – de enlazar- significa casamiento, que como bien sabemos es la unión de una pareja que adquiere este compromiso mediante una ceremonia religiosa. En el caso de los nudos, enlazar, podría ser, unir un cabo con otro cabo u otro elemento mediante un nudo de lazo. De hecho, existen diferentes nudos de lazo de los llamados escurridizos o corredores, como es el caso del lazo americano, el lazo doble, o el mismo nudo de horca.
Los árabes nos aportaron muchos de sus conocimientos y nos enriquecieron con su cultura. Muchas de esas aportaciones han perdurado a lo largo de los siglos y uno de ellas fue la técnica de tejer alfombras anudadas a mano y de conocer cuáles son sus cualidades y ventajas: decorativas, confortables y sobre todo su capacidad de aislamiento tanto del frío como del calor. La alfombra siempre ha cumplido en Oriente una doble función, práctica y simbólica, previos al Islam. Los bordes representan los elementos terrestres erigidos en defensores del campo. Una de las decoraciones más comunes es el árbol de la vida, que representa la fertilidad, la continuidad, y sirve de enlace entre el subsuelo, la tierra y lo divino. Las nubes, que bajo una forma muy estilizada pueden convertirse en tréboles, simbolizan la comunicación con lo divino y la protección divina. El medallón central representa al sol, lo divino, lo sobrenatural.
Comentan los especialistas que España a pesar de ser una de las zonas de Europa donde menos alfombras se utilizan, fue el primer país donde se tejieron alfombras.
Alfombra viene del árabe al-hanbal, que quiere decir tapiz para estrados, término muy común en Marruecos. El nombre catalán de catifa también proviene del árabe hispánico, en este caso del término alqaṭífa y éste del árabe clásico qaṭīfah. Se trata de un sustantivo de género femenino que da nombre a una alfombra pequeña o -por extensión semántica- a una capa de relleno que se echa sobre el terreno para allanarlo antes de enlosar…
La reina Isabel la Católica expulsó a los árabes, pero en el inventario de sus bienes constan numerosas alfombras tejidas por ellos.
Los tejedores de alfombras de la península son los que adiestraron a los franceses en el arte de tejer alfombras. De ahí que se denomina macramé al arte de hacer nudos decorativos. Macramé es una palabra de origen francés que significa nudo, y que a su vez deriva de la palabra árabe rakma , nudo, de cual se deriva la palabra recamar (makrama turco o mikrama persa). En la historia antigua ya se registra su uso ya que sólo se utilizan las manos para ejecutarlo. Pueblos como los persas y los asirios utilizaron este arte con gran maestría. Más tarde, los árabes lo llevaron a Europa y más tarde los europeos a América, donde los caribeños utilizaron esta técnica para confeccionar sus típicas hamacas de nudos.
Dice Alejandro Tarrab :
El nudo es el vínculo entre los seres y su principio; es la unión que permite continuar cierto trayecto. El nudo es la articulación entre los semejantes y/o entre los contrarios que mantiene una estructura y al mismo tiempo la tensa. Este lazo entre dos o más sistemas representa también un cierre, una fuerza de clausura que se empuña por los cabos y que impide la liberación de un gesto determinado: el nudo en la garganta sumerge la voz. Los nudos por más intrincados no deberán cortarse; ahí está lo sucedido a Alejandro el Grande con el nudo de Gordias.
Sólo queda esperar el ritual de los siete nudos o dejar que las runas nos murmuren sus secretos, recordando que las armas del reino; no se muestran al extranjero.
«Nudos que no dicen nada. Y nudos que todo lo dicen»
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