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Sin los palestinos, muere Palestina

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¿Y la identidad?, dije. Y dijo: Autodefensa… La identidad es hija del nacimiento, pero al fin es creación de uno mismo, no herencia de un pasado. Yo soy el plural. En mi interior está mi exterior renovado… Pero pertenezco a la pregunta de la víctima. Si no fuera de allí, hubiese habituado a mi corazón a criar allí a la gacela de la metonimia. Lleva tu país donde vayas… Y sé narcisista si te cuadra. -Exilio es el mundo exterior .Y exilio es el mundo interior. ¿Quién eres tú entre ambos? -No me he definido del todo… Para no echarlo a perder. Yo soy lo que soy Y soy el otro que es yo en una dualidad… Que se mece entre el verbo y el signo.

Mahmud Darwish

Mientras ponen todo su empeño en destruirle cuerpo y alma a un pueblo digno, que vive y lucha. El pueblo palestino sigue latente y resistiendo. Han pasado once años desde que Nelly esribió «Israel», el atentado suicida. Lo publico hoy por causa del secretismo y de la falta de transparencia informativa que impera en los medios de nuestra actual sociedad. No pierde vigencia, lo aseguro…

«… Amar un país y desear echar a los habitantes es un tipo de sentimentalismo que sólo puede atraer a los que sienten pasión por la necrofilia». «Sin los palestinos, muere Palestina. Sus ríos acarrean agua envenenada, las lomas y los valles están desfigurados, sus campos labrados por chinos importados, sus hijos aprisionados en guetos. La idea de un estado judío separado fracasó. Durante los últimos diez años, las políticas demenciales del gobierno israelí importaron a más de un millón trabajadores rumanos, rusos, ucranianos, tais, africanos. Algunos aseguran ser descendientes de judíos. Llegaron tribus peruanas, indios de Assam y el inagotable flujo de refugiados rusos de la Unión soviética.

Ahora la Agencia judía está planeando la importación de una tribu lembda de Africa del sur, para afianzar el carácter judío del estado; paradójicamente, aquellos que todavía mantienen algunas tradiciones judías están aislados en el estado judío, como el difunto Doctor Yeshayahu Leibovich o encarcelados como el rabino marroquí Arie Der’i.» La propaganda ha sido una de las principales herramientas de las ocupaciones coloniales, así como de las dictaduras, ya que persiguen el adoctrinamiento y condicionamiento político de la población civil, con el objeto de consolidar alianzas y de esta forma aislar y destruir psicológica e ideológicamente al «enemigo».

Análogamente, a las dictaduras latinoamericanas, el estado sionista-israelí ocupante de Palestina, mediante la Doctrina de «Seguridad Nacional» ha utilizado armas psicológicas, cuyo objetivo es la de quebrantar la voluntad, capacidad de trabajo, y resistencia del «enemigo» palestino, creando nuevas y deformadas actitudes, destinadas a destruir su moral. Un recurso necesario y fundamental común a todas las formas de opresión, es la propaganda, la cual emplea todos los medios de comunicación, con la «intención de afectar los modos de sentir, pensar y obrar de un grupo de individuos».

Los objetivos psicológicos, de quebrantamiento de la voluntad de los pueblos bajo ocupación extranjera, como el caso de Palestina, incluyen el infundir temor, producir angustia, desánimo, repliegues, abatimiento, desinterés y apatía, desconfianza e inseguridad, pánico, censura y autocensura, desunión, atomización de los distintos grupos solidarios, paralización de la vida individual, la pérdida del asombro frente a las masacres sistemáticas, y demás estrategias de represión de todo el pueblo civil palestino que vive bajo la ocupación militar extranjera sionista-israelí versus la magnificación y exaltación de los hechos aislados de reacción social que se da naturalmente en la desesperanza aprendida, en la vivencia de lo absurdo y kafkiano, y en la impotencia del martirizado pueblo palestino; y por otro lado, en la pérdida de la capacidad crítica y pasividad social mundial, así como la complicidad activa (colaboracionismo) del Imperio con el Terrorismo de Estado sionista-israelí.

Estos objetivos, se han intentado instaurar desde hace 55 años, a través de la imposición política del terror, éste terror del Estado extranjero militar sionista-israelí, acude a todas las formas de represión, genocidio y limpieza étnica ampliamente ya conocidos, pero que solamente en años recientes, han podido salir a la luz de los medios de comunicación de Occidente. El Estado sionista-israelí ocupante de Palestina, se muestra como «víctima», manipulando entonces, al «legítimo» recurso de la defensa propia contra el «terrorismo», de allí, la ofensiva bélica y la guerra psicológica, que incluye la negación de esta práctica.

El poder del Estado extranjero militar sionista-israelí debe amenazar y castigar de manera demostrativa y «ejemplarizadora», pero al mismo tiempo de forma ambigua y oculta, vale decir, haciéndolo y negándolo simultáneamente, de esta forma se tortura y demuelen los hogares de la población civil palestina, se desnuda y humilla, se tortura, y al mismo tiempo, ésta potencia colonial, se auto declara como la «única democracia» del Medio Oriente, que «tiene derecho a existir», que «teme por su seguridad nacional», éste constituye el fundamento último de ésta concepción de guerra y el «bien máximo» que se pretende alcanzar.

MECANISMOS PSICOLÓGICOS DE ESTE PROCESO DE CONDICIONAMIENTO

1.- La deshumanización del enemigo: estigmatización deshumanizante reflejada en el lenguaje racista y discriminatorio, peyorativo y soez, utilizado oficialmente por el Estado sionista-israelí. Estos son semejantes, a los que hemos vivenciado, en otros lugares del planeta: «violentista», «terrorista»,» cáncer»,»árabes cucarachas», etc. etc.

2.- Habituación a la crueldad: a través del adoctrinamiento, se exacerba el temor, el miedo y la angustia que la «guerra» y la presencia de constantes «enemigos» provoca. La exacerbación genera resentimiento y rencor, rabia y odio, y movilizan la agresión en todas sus formas, estimulando la ambición (mediante la oferta de mayor poder) y preserva el posible sentimiento de culpa, a través del adoctrinamiento de que se está actuando en defensa propia, por motivos de «Seguridad Nacional» y lo más importante, en la más absoluta impunidad.

3.-Obediencia Automática: la obediencia total, es obtenida por el sistema de premio- castigo, la obediencia automática se refuerza por el miedo a los castigos. En el Estado extranjero sionista-israelí, los militares «desobedientes» o «insumisos», que se han rebelado contra la represión en Gaza y Ribera Occidental del Jordán, han sido encarcelados.

4.- Oferta de impunidad: la sensación de seguridad y resguardo, ante el posible castigo por la realización de un acto cruel y criminal, es resguardado mediante la deshumanización y estigmatización del enemigo palestino en un «posible terrorista».

5.- Oferta de poder: los aparatos represivos del estado ocupante, adquieren derechos, tales como: – poder sobre la vida de las personas. – poder sobre la libertad de las personas. – poder económico, «botines de guerra», han ocurrido innumerables robos y saqueos de los hogares, joyas y bienes de las víctimas palestinas, otro son los «ascensos», que conllevan mayor «prestigio», – poder bestial, la posesión brutal y «animal» de los «enemigos», vejaciones sexuales de la población civil palestina. Así, la legitimidad de la Violencia ejercida por el Terrorismo de Estado militar extranjero sionista- israelí, no es cuestionada, ya que se ejerce poder y violencia institucionalizada, con el objeto de defender el valor supremo que consiste en: «el derecho a existir de «Israel», y su Seguridad Nacional».

De esta forma, la Violencia y el Terrorismo, surgió en Palestina, con la creación del Estado Artificial y Colonial Expansionista. Nunca antes de 1948 se habían desintegrado a las Familias palestinas, asesinado a uno o más de sus miembros, hijos, padres, hermanos, familias destrozadas por el exilio, la prisión, el hambre, cierre de recintos educacionales, privación del derecho a salud, vivienda, o sea, con el surgimiento y creación artificial del estado sionista-israelí en 1948, se negó al mismo tiempo, el derecho a la existencia y vida normales de todo el Pueblo Palestino y su descendencia. Para que exista «Israel», el proyecto de vida y valores, tradiciones, así como la concepción del mundo del Pueblo Palestino, es algo que debía extinguirse y desaparecer, a cualquier costo.

La naturaleza humana conlleva potencialidades, en las que en una sociedad sana deberán actualizarse, si esta naturaleza, es violentada y vejada crónicamente, agrediendo su dignidad, la naturaleza humana, luego, de haber agotado todos los recursos, queda tan sólo una opción y es el derecho a Rebelión. Así, el artículo Nº 3 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos de las Naciones Unidas señala: «…es esencial, que los Derechos Humanos sean protegidos por un régimen de derecho, a fin de que el hombre no se vea compelido al supremo recurso de la rebelión contra la tiranía y la opresión». La doctrina ética de la Iglesia Católica Apostólica Romana, reconoce «….incluso el derecho a la fuerza cuando existe una tiranía prolongada y se han agotado todas las otras formas para salir de ella».

La moral cristiana, contempla la resistencia activa, o sea, aquella que se emplea contra un poder ilegítimo y totalitario. La justificación ética de éste tipo de resistencia, es el rechazo del injusto agresor o ladrón. Cuando se quebranta el bien común y el poder se transforma en tiranía, se justifica la insurrección. Muchos autores católicos, seguidores de Santo Tomás, justificaron la ejecución del tirano, en defensa propia o en defensa de la nación.

La sociedad, a la cual postula, el Pueblo Palestino y por la cual ha resistido desde hace 55 años, es una sociedad a la cual, nunca ha claudicado, ya que los valores fundamentales son aquellos intrínsecos a su carácter de idiosincrasia, tales como tolerancia, democracia, aceptación de la legitimidad del otro y el pluralismo cultural propios de un pueblo pacífico y amante de la vida mancomunada Familiar y de Clan profundamente arraigada, a lo largo de la Historia y escrita en ella, antes del trágico inicio del Holocausto palestino, iniciado el año 1948 y mantenido aún, a causa del mayor atentado terrorista suicida de la Historia de la Humanidad, al dar un albergue que ya se encontraba poblado por el milenario pueblo palestino, caracterizado por sus actividades pacíficas de campesinos y agricultores, reemplazándolo y borrándolo del mapa geográfico de la Historia, por una confesión religiosa, proveniente de todas las nacionalidades del Universo, que ha sido utilizada por la ideología gemela del nazismo: el sionismo, que debido a su carácter belicoso implícito, ha destruido a la sociedad pacífica palestina, sustituyéndola por una sociedad necrófila desde un principio, usurpando, transformando la geografía y ocupando las ciudades palestinas, con una población artificialmente cohesionada, militarizada, ambiciosa y belicosa, negadora y ciega de los hechos históricos, en definitiva incapaz de sentir y amar al próximo, por lo tanto, castrada en lograr el objetivo de Felicidad Humana, preservándose por medio de su propia muerte y suicidio colectivo, al haberle negado la vida al pueblo palestino.

Texto escrito en 2003
Por Nelly Marzouka
Psicóloga Clínica de Chile

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