Vuestro Líbano y el Mío – Gibrán Khalil Gibrán
Vosotros tenéis vuestro Líbano y yo tengo el mío. El vuestro es el Líbano político y sus problemas. el mío es el Líbano natural en toda su belleza.
Vosotros tenéis vuestro Líbano con programas y conflictos.
Yo tengo el mío con sus sueños y esperanzas.
Estad satisfechos de vuestro Líbano, tal como yo me contento con el libre Líbano de
mi visión.
Vuestro Líbano es un enmarañado nudo político que el Tiempo intenta desatar,
Mi Líbano es una cadena de cumbres y montañas que se elevan, reverentes y
majestuosas, hacia el cielo azul.
Vuestro Líbano es un problema internacional aún por resolver,
Mi Líbano es los calmos valles encantados, murmurantes de campanas de iglesia y
susurrantes arroyos.
Vuestro Líbano es una competencia entre un adversario del oeste y uno del sur.
Mi Líbano es una alada plegaria que revolotea en la mañana cuando los pastores
llevan a pastar sus rebaños, y de nuevo en el crepúsculo cuando los campesinos
regresan de los campos y viñedos.Vuestro Líbano es un censo de cabezas incontables,
El mío es una serena montaña asentada entre el mar y la planicie, como un poeta entre una eternidad y otra.
Vuestro Líbano es un ardid de zorro que combate con la hiena, y una artimaña de la
hiena que combate con el lobo, Mi Líbano es una guirnalda de recuerdos de damiselas exultantes bajo la luz de la luna, y de vírgenes cantando entre la era y el lagar.
Vuestro Líbano es una partida de ajedrez entre un obispo y un general,
Mi Líbano es un templo en el cual mi alma encuentra asilo cuando se harta de esta
civilización que se desliza sobre rechinantes ruedas.
Vuestro Líbano es dos hombres: uno que paga impuestos, y otro que los cobra.
Mi Líbano es un hombre que reclina la cabeza sobre su brazo a la sombra de los
Cedros Sagrados, ajeno a todo menos a Dios y a la luz del sol.
Vuestro Líbano es el comercio, los puertos, los correos. El mío es una idea distante y un llameante afecto, y una palabra divina que la tierra susurra en el oído del espacio.
Vuestro Líbano es los delegados, empleados, directores, Mi Líbano es el crecimiento de la juventud, la resolución de la madurez, y la sabiduría de la edad.
Vuestro Líbano es representantes y comités.
Mi Líbano es una reunión y una tertulia en torno al hogar en las noches de tempestad,cuando la oscuridad se mitiga con la pureza de la nieve.
Vuestro Líbano es sectas y partidos,
El mío es la juventud escalando rocosas cumbres, vadeando arroyos, errando por los campos.
Vuestro Líbano es discursos, conferencias y debates,
El mío es el canto del ruiseñor, el murmullo de las ramas en la arboleda, el eco de la flauta del pastor en los valles. Vuestro Líbano es disfraces, e ideas prestadas, y
engaños, El mío es la simple verdad desnuda.
Vuestro Líbano es leyes, reglas, documentos y papeles diplomáticos,
El mío está en contacto con los secretos de la vida, a los que inconscientemente
conoce; mi Líbano es un anhelo que alcanza con su sensible punta el extremo más
lejano de lo oculto, y cree que es un sueño.
Vuestro Líbano es un ceñudo anciano meciéndose la barba y pensando sólo en sí
mismo.
Mi Líbano es un joven erecto como una torre, sonriente como el alba, y que piensa en los otros tanto como en sí mismo.
Vuestro Líbano aspira a separarse y a ser uno con Siria al mismo tiempo.
Mi Líbano no se separa ni se une ni se expande ni se empequeñece. .
Vosotros tenéis vuestro Líbano y yo tengo el mío, Vosotros tenéis vuestro Líbano y
sus hijos, y yo tengo el mío y sus hijos.
¿Pero quiénes son los hijos de vuestro Líbano? Dejadme que os muestre su realidad.
Son aquellos cuyas almas nacieron en los hospitales de occidente, cuyas mentes se despertaron en el regazo de los avaros que representan el papel de generosos.
Son como flexibles ramas que se mecen de izquierda a derecha. Tiemblan del alba al atardecer, pero están ajenos a su temblor.
Son como un barco sin mástil ni timón abofeteado por las olas. El escepticismo es su capitán, y su puerto una cueva de duendes; porque ¿no son acaso cuevas de duendes todas las capitales europeas?
Estos hijos del Líbano son fuertes y elocuentes entre ellos, pero mudos y débiles entre los europeos,
Son libres y ardientes reformadores, pero sólo en los periódicos o en la tarima.
Croan como ranas y dicen: «Nos estamos librando de nuestro viejo enemigo», y su
viejo enemigo está oculto dentro de su cuerpo, marchan en los cortejos fúnebres cantando al son de las trompetas, pero saludan con lamentos y rasgándose las vestiduras la cabalgata de una boda, no conocen otro hambre que el de los bolsillos. Si se encuentran con alguien cuyo hambre es espiritual, lo ridiculizan y se apartan de él diciendo: «No es más que un espectro caminando en un mundo de fantasmas.
«Son como esclavos que se consideran libres porque sus grilletes oxidados han sido reemplazados por otros relucientes.
Esos son los hijos de vuestro Líbano. ¿Es que hay alguien entre ellos tan firme como las rocas del Líbano, tan noble como las montañas del Líbano, tan puro y dulce como el agua del Líbano, tan limpio y fresco como la vigorizante brisa del Líbano?
¿Es que hay alguien entre ellos que pueda sostener que su vida ha sido una gota de la sangre de las venas del Líbano, o una lágrima de sus ojos, o una sonrisa de sus labios?
Esos son los hijos de vuestro Líbano. ¡Qué grandes son ante vuestros ojos, y qué
pequeños ante los míos!
Ahora dejadme que os muestre los hijos de mi Líbano: son los campesinos que
convierten en huertos y jardines la tierra pedregosa.
Son los pastores que guían sus rebaños de un valle a otro para que se reproduzcan y multipliquen, y ofreceros así su carne como alimento y su lana como indumento.
Los hijos de mi Líbano son los viñateros que prensan la uva para hacer buen vino.
los padres que cultivan las moreras y las madres que hilan la seda, los esposos que
cosechan el trigo y las esposas que juntan las gavillas, son los albañiles y los
alfareros, los hilanderos y los que hacen los campanarios, son los poetas y los
cantantes que derraman su alma en nuevos versos, son aquellos que abandonan el
Líbano sin un centavo, para ir a otro país con el corazón henchido de entusiasmo y la resolución de regresar con las manos llenas de la prodigalidad de la tierra y la frente adornada con los laureles del triunfo, se adaptan a su nuevo medio y se los aprecia doquiera que vayan, estos son los hijos de mi Líbano, inextinguibles antorchas, sal que no puede corromperse.
Caminan con firme paso hacia la verdad, la belleza y la perfección.
¿Qué es lo que vosotros dejaréis para el Líbano y sus hijos salvo fingimiento, falsedad y estupidez?
¿Creéis que el éter acopiará los espectros de la muerte y el aliento de las tumbas?
¿Imagináis que la vida oculta su cuerpo bajo harapos? Realmente os digo que el brote de olivo que el aldeano plantó al pie de la montaña en el Líbano durará más que vuestros logros y acciones. Y que el arado de madera tirado por dos bueyes a través de las terrazas del Líbano es más glorioso que vuestras esperanzas y ambiciones.
A vosotros os digo, y que la conciencia del universo sea mi testigo, que la canción del hortelano en las laderas del Líbano es más valiosa que la cháchara de vuestros notables.
Recordad que vosotros no sois nada. Pero cuando descubráis vuestra pequeñez, mi
aversión por vosotros se tornará en simpatía y afecto. Es una lástima que no entendáis.
Vosotros tenéis vuestro Líbano y yo tengo el mío, Vosotros tenéis vuestro Líbano, y a sus hijos. Contentáos con él y con ellos, si las burbujas vacías os hacen felices. En cuanto a mí, me siento feliz y cómodo con mi Líbano, y de dulzura, satisfacción y calma está hecha mi relación con él.
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