Luqman, el autor legendario del género de la fábula árabe
Luqman es el autor legendario que, para unos, es al antecedente más directo del género de la fábula árabe y, para otros, es un mito formado en la Edad Media a través de una serie de personajes preislámicos, alusiones coránicas, personajes bíblicos y la historia de Esopo, trasladada a la cultura árabe por medio de traducciones siriacas. Sea lo que fuere, lo cierto es que Luqman ha quedado en la tradición árabe como un personaje mitológico, sinónimo de sabiduría, longevidad y fabulista por excelencia. 1
La figura legendaria de Luqman se remonta a la Yahiliyya, la época preislámica, donde se hablaba de un personaje de nombre Luqman b. ‘Ad, desaparecido en los albores de la protohistoria de los árabes, cuyos valores principales eran la sabiduría y la longevidad. Numerosos poetas preislámicos lo citan aludiendo a su sabiduría, de donde nació un antiguo proverbio árabe, «Más sabio que Luqman», utilizado con frecuencia en los panegíricos.
En la antigua leyenda árabe, Luqman era famoso también por su longevidad (al-Mu’ammar, ‘el Macrobita’), siendo la longevidad, según la tradición islámica posterior, una recompensa a su piedad. También forma parte de su leyenda, y de la recompensa que Allâh le otorgó, el que viviría tanto tiempo como siete buitres (animal que era símbolo de longevidad entre los árabes). Luqman cuidó y alimentó a los siete buitres y, cuando murió el último, llamado Lubad, Luqman murió con él. Algunos autores han visto coincidencias entre esta leyenda y la que da Sidón Apolinar sobre la observación de doce pájaros por Rómulo, que significaba que Roma duraría doce siglos.
Luqman aparece también citado en el Corán en una sura que lleva su nombre (Sura 31) 2, así como en otros versículos donde se hace alusión a su sabiduría, pero no a su longevidad. Este hecho supone su consagración definitiva en la tradición islámica como el sabio de los proverbios, siendo numerosas en la literatura árabe las colecciones de proverbios atribuidas a Luqman donde se resalta su sabiduría y su piedad, a pesar de que, si alguna vez existió, fue mucho tiempo antes del nacimiento del Islam. Es muy posible que la mayoría de estos proverbios pertenezcan a la literatura sapiencial del Medio Oriente, donde se entremezclan influencias judías, cristianas, griegas y mesopotámicas.
A lo largo de la Edad Media, a la fama de sabio y longevo de Luqman se va uniendo el de fabulista, probablemente porque, como ya hemos dicho, el término matal en árabe significa tanto ‘proverbio’ y ‘refrán’ como ‘fábula’. Se convierte así en el Esopo de los árabes, hasta el punto que muchas de las fábulas de éste son atribuidas a Luqman y numerosas anécdotas que se cuentan sobre su vida o su personalidad pertenecen igualmente a la Vida de Esopo.
A Luqman se le atribuyen 41 fábulas, la mayor parte de animales, que no eran conocidas en la literatura árabe antigua. Fue conocido en Europa desde el siglo XVIII. El manuscrito de París, publicado por Derembourg en 1850, es del año 1299 y proviene de círculos cristianos. Numerosos autores han establecido paralelismos entre las fábulas a él atribuidas y las de Esopo y hay algunas teorías que afmnan que se trata de una adaptación árabe de los aforismos atribuidos al filósofo persa Syntipas, que, a su vez, era una versión de las fábulas de Esopo a través de otra siriaca procedente de los círculos cristianos de la Siria mameluca 3.
Luqman es, en definitiva, un personaje legendario, cuya figura se ha ido formando a lo largo de los siglos con influencias de otros numerosos personajes, como el bíblico Balaam, el griego Esopo, o el árabe Ajicar. No hay datos fiables que confirmen su existencia y sí razones más que suficientes para pensar que, aunque pudo existir un personaje preislámico con este nombre, famoso por su sabiduría, el Luqman fabulista constituye una leyenda forjada a través de la tradición persa y siriaca del Esopo griego.
Las fábulas atribuidas a Luqman son, como hemos dicho antes, 41 ; de ellas, 31 tienen como protagonistas a los animales, 7 a personas y 3 a seres inanimados. Su estructura es sencilla y breve: una narración corta en la que expone el hecho que da lugar al consejo final o moraleja, muy semejante a su modelo griego. El matal, o proverbio, tiene siempre la misma fórmula y va colocado al final, en línea aparte, comenzando siempre por la misma frase: Los animales que con más frecuencia aparecen son: el león, la zorra, el lobo, la gacela, el toro, la liebre, el perro, y, en menor grado, el mosquito, el cerdo, la tortuga, el escarabajo, la abeja, el alacrán, la paloma, el gato, la comadreja, las gallinas, el gallo, la oca, el vencejo, la serpiente y el gavilán. Además de los animales, aparecen algunos seres humanos, así como seres inanimados como el tragacanto, el estómago, los pies, el ídolo, y elementos de la naturaleza como el sol y el viento.
Notas:
- Cf B. HELLER-[N.A. STILLMAN1. «Lukman», EI, v, 817-820; R. PINILLA MELGUIZO, «Fábulas en versión árabe atribuidas a Luqman». op.cit.
- Cf El Corán, trad. de JULIO CORTÉS, Madrid, Editora Nacional, 1984, pp. 476-479.
- Cf J. LANDSBERGER, Die Fabeln des Sophos, syrisches Original der griechischen Fabeln des Syntipas, Posen, 1859; R. PINILLA, op.cit., p. 152.
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