Dionisos y la campaña de Egipto
El ejército de Dionisos llega frente a la costa de Egipto, y se instala en la corte de Proteo de Faros. Al rey le lleva el vino como obsequio y, aprovechando su situación, se pone a trabajar desde Faros en la preparación de su primera campaña. Reedita para su causa a las amazonas de Egipto, amazonas combativas por naturaleza, que van a servirle de espléndida fuerza de choque.
Con ellas y con la furia de la venganza, se lanza a la batalla contra los Titanes. La victoria le llega pronto, es la confirmación de su poder y categoría.
Emulando a Alejandro, el dios se pone en marcha hacia el corazón del este, cruza la Mesopotamia, derrotando a todos sus adversarios, y llega hasta la Indias sometiendo la península a su poder, pero no sin haber dejado antes el recuerdo de su presencia, con el cultivo de la vid y el secreto del vino. Terminado su camino en los confines del este, decide el triunfal Dionisos regresar a Grecia, al centro del mundo. Pero el retorno no iba a ser tan rápido y sencillo como se pensaba en un principio, pues su ejército va a tener que luchar ahora contra sus antiguas aliadas amazonas, que esperaban dispuestas para el combate en el Asia Menor, sin que se sepa bien por que las guerreras han querido hacerlo.
Se acepta el reto de las amazonas y se da comienzo a la sangrienta e insensata batalla. Dionisos da la orden de que sea ésta una guerra sin cuartel, en la que sus huestes van a terminar exhaustas de perseguir y matar a las amazonas, que pronto se ven vencidas y de las cuales sólo un puñado consigue huir y encontrar refugio seguro en Éfeso, pues el temible Dionisos enfurecido no sabe perdonar el insensato y orgulloso ataque inicial de que ha sido objeto, y se afana en lograr el total exterminio de sus ex aliadas, para que sirva su muerte de inolvidable escarmiento al osado que piense en enfrentarse a su voluntad.
©2019-paginasarabes®