Las castañuelas y los crótalos.
Las castañuelas son un instrumento de percusión cuyo origen se remonta a los fenicios (año 1.000 A.C.). Parecen derivarse de los antiguos crótalos, de mayor tamaño que las castañuelas de hoy, de metal, barro cocido o madera y enlazados por un cordel o cinta. España ha sido el país que ha conservado y desarrollado su uso desde entonces, hasta convertirse en patrimonio cultural español. Casi todas las regiones españolas tienen sus castañuelas tradicionales.
En Andalucía, se las llama palillos, pero reciben otros nombres, como castañetas, castañueles, terrañueles, castañeta, castañetas y castañolas, en euskera por ejemplo se nombran kriskitin, Las Tarrañolas es el nombre popular que se utiliza para para denominar a las castañuelas en gran parte de la zona occidental de la península ibérica en un territorio que comprendería cási lo que hoy conocemos como Galicia y una estrecha franja de Asturias pasando a denominarse Tarrañueles y Tarrañuelas en Cantabria.Actualmente y para diferenciar las castañuelas son compuestas por dos piezas más o menos redondeadas atadas a los dedos y a aquéllas compuestas por dos tablillas que se interponen entre los dedos medios de la mano, TARRAÑUELAS, aunque las dos formas del instrumento reciben indiferentemente una u otra denominación y los nombres solo obedecen a reglas de la moda.
Ustedes pensarán a estas alturas, que tienen que ver las castañuelas con la música árabe o porque tantas especificaciones en torno a las castañuelas, pues bien, las castañuelas son una variante de los crótalos, chinchines o cimbalillos, esos platillos metálicos que aún hoy, se tocan al ejecutar música árabe o que las bailarinas expertas usan para adornar sus bailes y resaltar los ritmos, tal como lo hacen las bailarinas en la música española.
Así tenemos que los crótalos en un principio se hacían de diversos materiales, existen por ejemplo referencias del Egipto Nuevo donde ya se utilizaban los crótalos, aunque con una forma un tanto diferente, de configuración alargada, imitando con frecuencia la forma de un antebrazo, con una estilizada mano en el extremo. Era frecuente que presentaran la forma de disco o plato y, en general, se hacían de metal, de cerámica, o mediante dos conchas naturales. Al ser dos piezas iguales e independientes cuyos diámetros pueden variar desde el de un plato de vajilla ordinario hasta unos pocos centímetros, se utilizan distintos mecanismos de sujeción, emplazados en la cara convexa, y que sirven, a la vez, para que el instrumentista los pueda accionar. En el caso de los címbalos de tamaño reducido, se disponen sendas pequeñas cintas que se atan a los dedos (pulgar e índice, o pulgar y mayor); y para los de tamaño semejante a un plato, la sujeción suele consistir en unas asas solidarias al instrumento.
Sobre la etimología término crótalos está un derivado latino, crotalum, del vocablo original griego jrótalon (forma fonética aproximada adaptada a los caracteres occidentales). En castellano, este vocablo se vino utilizando como palabra arcaica hasta 1843 año en que la Academia lo adopta con el significado de «especie de castañuelas». Respecto al término címbalo, se deriva del vocablo latino cimbalum, del griego kimbalon. Este término ha pasado, a partir de los inicios de la Edad Moderna, como sufijo, de la denominación de algunos instrumentos de tecla (clave), especialmente los de cuerda pinzada, es decir, de la familia de los clavicémbalos.
Respecto a los crótalos, hay otras palabras en castellano que se relacionan con ella. Por ejemplo, crotalogía, que Juan Fernández de Rojas utilizó en el título de su trabajo Crotalogía o ciencia de las castañuelas (1792). El nombre científico de la serpiente de cascabel, procedente también del latín, crotalus hórridus, alude a los discos de la cola que, al chocar, emiten un sonido característico.
En cuanto las castañuelas, el origen etimológico no está claro, algunos especialistas aluden al material del que están hechas, es decir, a la madera con que se solían hacer, la de castaño, aunque, en general, siempre se han buscado maderas más duras, como el nogal o el boj, y también el ébano. Otras interpretaciones, en cambio, se basan más en el color u otras características, como la forma, relacionando el nombre con el perfil o el aspecto de ambas piezas del instrumento, que podrían resultar.
En la antigüedad, crótalos y castañuelas eran tratados como un mismo instrumento donde la variación estaba en el material del que estaban hechos no en su nombre, con el tiempo, la diferenciación se hizo presente, quedándose el nombre de castañuelas para los instrumentos de madera y de crótalos para los de metal aunque cabe anotar que en Turquía se utilizan aún un par de cucharas de madera que cumplen la función de los crótalos en la danza árabe.
Bibliografía:
Esbozo para una historia de las castañuelas. Jaime Tortella
©2011-paginasarabes®
Las castañuelas y los crótalos. por Jaime Tortella se encuentra bajo una Licencia Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 3.0 Unported.
Basada en una obra en paginasarabes.wordpress.com.