Maná – El Mann Árabe – El pan de Dios
“Mira, yo haré llover sobre vosotros pan del cielo; el pueblo saldrá a recoger cada día la porción diaria; así le pondré a prueba para ver si anda o no según mi ley. Mas el día sexto, cuando preparen lo que hayan traído, la ración será doble que la de los demás días.” – Éxodo 16: 4 y 5.
¿Qué es el maná?
Algunos expertos creen que el maná de la Biblia, el alimento que Dios dio a los israelitas, era el liquen Lecanora esculenta, o alguna especie emparentada con él. Cuando está seco, puede ser arrancado del suelo y transportado por el viento, produciendo, en el sentido bíblico, una lluvia de alimento.
Algunos eruditos han propuesto que el maná deriva de una palabra egipcia mennu que significa ‘alimento’. A finales del siglo XX, los árabes residentes en la Península del Sinaí vendían la resina del árbol del tamarisco como man es-simma, que significa ‘maná celestial’.
Los árboles de tamarisco son muy abundantes en el sur del Sinaí, y su resina es similar a la cera, se derrite con el sol, es dulce y aromática, (como la miel), y tienen un color amarillo sucio, coincidiendo con las descripciones bíblicas. Sin embargo se compone de azúcar, así que no puede proporcionar la suficiente nutrición para que una población sobreviva durante largos periodos, y sería muy difícil convertirla en tortas.
Algunos etnomicologistas, como Terence McKenna, indican que la mayor parte de las características del maná son similares a las de los hongos Psilocybe cubensis, que tienen un efecto enteógeno 1, a la vez que provocan la pérdida del apetito.
Los árabes siguen recogiendo este liquen y lo mezclan con grano molido para hacer pan. Otra hipótesis interesante es la que sugiere Robert Graves, que menciona en uno de sus libros que el Maná bíblico era psicoactivo. Él propone que la secreción dulce del arbusto tamarix mannifera, al fermentar, era propensa a albergar un hongo que contenía un principio psicoactivo. En la Biblia hay varias referencias que parecen encajar con la hipótesis de Graves, y con el Maná como alimento divino.
El Mann Árabe
En árabe esta sustancia se conoce con el nombre de mann y no depende del hebreo. En hebreo se desconoce el significado de la palabra «maná» y por tanto, luego surgió una etimología popular que relaciona aquella palabra con una expresión del versículo 15 que da cuenta de la reacción de los israelitas cuando vieron por primera vez la sustancia en cuestión ellos se preguntaban: ¿Qué es esto? o ¿Ésto es maná?, (en hebreo: man hu).
En 1986 se encontraron unos manuscritos antiguos que hacen referencia al maná describiéndolo como semillas parecidas a las de la mostaza y del color de los dátiles de Siria. Científicos británicos descubrieron en estos antiguos manuscritos que hacen referencia a un Ketuvim en Akhaar, al sur de Canaan, que databan del 1050 a.C. en los que se describía físicamente el maná. En el salmo 78 de la Biblia, se muestra la fidelidad de Dios hacia Israel. Entre todas las ayudas proporcionadas se menciona el maná. Los hebreos en el desierto no sabían qué era ni de dónde provenía, sólo lo veían en la mañana, esparcido sobre el campo. Según la Biblia, el maná caía durante la noche en pequeñas hojuelas blancas o granos que cubrían el suelo y tenían la apariencia de escarcha blanca.
Descripciones bíblicas de Maná
En el libro del Éxodo se le describe apareciendo cada mañana después de que el rocío hubiera desaparecido. Pero los hebreos se hartaron de comer solo maná y pidieron comer otra cosa. Dios, entonces, les reprocha por cuanto rechazan una comida que es «trigo del cielo», «pan de nobles». Este término, «nobles», es hasta el día de hoy dificultoso para traducir. Unos lo traducen como «ángeles», otros como «poderosos», también «nobles», es decir, una casta especial, pero celestial.
Según descripciones bíblicas, los ángeles no se alimentan con este maná por cuanto son seres ígneos, incorpóreos. Entonces, ¿quiénes son estos nobles del cielo?, ¿existe otra categoría de seres en el universo además de los ángeles? Un interrogante aún sin develar.
Se sabe que dicho maná no fue extraído de ninguna planta del desierto. Una investigación realizada hace poco tiempo nos indica que ése maná tenía todas las vitaminas necesarias para la subsistencia. Hay quienes se atreven a pensar que era una mezcla de cereal con miel. El enojo manifestado por Dios se debe precisamente al haber rechazado un alimento tan nutritivo y de liviana digestión, al que sólo los nobles del cielo tienen el privilegio de acceder.
Estos granos son descritos como semejantes a semilla de cilantro y bedelio, con un sabor a torta de miel, o a pan untado con aceite de oliva. El maná cayó por primera vez cuando los israelitas estaban en el desierto de Sin, seis semanas después de su salida de Egipto, en respuesta a sus murmuraciones por las privaciones de la vida en el desierto y de ahí en adelante caía diariamente, excepto en el sábado, hasta que llegaron a Guilgal, en la planicie de Jericó.
Durante estos años el maná fue su principal pero no único alimento, pues el pueblo de Israel lo comió y disfrutó cada día durante 40 años hasta que entró a poseer la «buena tierra», traducción literal del hebreo antiguo. Aunque algunas traducciones se refieren a la «tierra prometida», diferentes acepciones que sin lugar a dudas tienen un significado diferente, ya que Prometer a los hebreos vivir en la «buena tierra» no tendría relación con la traducción de la promesa de poseer la «tierra prometida».
El maná debía ser recogido por la mañana, pues el calor del sol lo derretía. La cantidad a ser recogida se limitaba a un gomor, (gomer, entre seis a siete pintas), por persona; pero en la víspera del sábado se debía recoger una porción doble.
Cuando se guardaba, por la noche se pudría y se llenaba de gusanos, excepto la porción que se guardaba para las noches del viernes para el sábado.
Aunque era comestible en su estado natural, usualmente se molía en la muela o se machacaba en un mortero y luego se hervía y se hacían tortas. Como recordatorio para futuras generaciones, una vasija llena con maná se colocaba cerca del Arca de la Alianza.
Con información de Veritas
Notas:
- Un enteógeno es una sustancia vegetal o un preparado de sustancias vegetales con propiedades psicotrópicas, que cuando se ingiere provoca un estado modificado de conciencia.
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