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El estigma de viajar en avión siendo musulmán

Nafees Syed, abogada y escritora de Nueva York ©C.Hansen NYT
Nafees Syed, abogada y escritora de Nueva York ©C.Hansen NYT

Son más examinados quienes viajan con prendas islámicas.

Pasar por las estaciones de seguridad del aeropuerto puede consumir mucho tiempo para cualquier viajero de negocios. Pero Nafees Syed, una abogada y escritora de Nueva York, tiene obstáculos adicionales.




«Tengo que ir una hora extra antes que cualquier otra persona, porque no es una revisión al azar», dijo Syed. Estadounidense y musulmana, Syed usa un hijab, o una cubierta para la cabeza. Con mucha frecuencia, dijo, es apartada en la estación de revisión de seguridad para revisiones y cacheos secundarios, en que el examinador siente su cabeza a través del hijab.

Syed, junto con muchos de sus amigos y activistas de los derechos islámicos, también está muy familiarizada con lo que muchos llaman el estigma de viajar siendo musulmán.

Hay varias formas, por supuesto, en que los musulmanes podrían atraer una atención indeseada de los agentes de las puertas de embarque y los funcionarios de seguridad en los aeropuertos, como cuando un nombre medioriental u otro que suene extranjero son verificados en las listas de proscripción de viaje. Pero para los seguidores del Islam que indican su identidad a través de la forma en que visten, su ropa a veces puede sentirse como una bandera roja.

El ser un ejecutivo de negocios o un profesional como Syed –graduada de la Escuela de Derecho de Yale y litigante comercial en la prestigiosa firma Boies, Schiller & Flexner– no necesariamente exenta a los viajeros musulmanes estadounidenses del tipo de escrutinio que dicen se ha vuelto más común en los últimos años como resultado de incidentes terroristas y la retórica política anti-islámica.

Syed dijo que cuando viaja con colegas no musulmanes, evita pasar por seguridad junto con ellos. «No quiero que vean la humillación por la que atravieso», dijo.

Syed comentó que no ha hecho una solicitud al programa PreCheck de la Agencia de Seguridad en el Transporte (TSA, por su sigla en inglés), el cual puede agilizar el paso por seguridad para algunos viajeros, después de que preguntó al respecto a otros musulmanes estadounidenses. «Lo que se dice en la comunidad musulmana es que si sos musulmán realmente es difícil conseguirlo o no necesariamente ayuda en algo», dijo.

Funcionarios de la TSA, que realizan las revisiones en los aeropuertos, dicen que el escrutinio extra no es cuestión de enfocarse en grupos religiosos pero puede ser necesario porque los escáneres tienen problemas para obtener imágenes claras bajo cierto tipo de prendas.

«Las personas que usan cubiertas en la cabeza, prendas sueltas o voluminosas podrían pasar por un examen de seguridad adicional, el cual podría incluir cacheos», afirmó Mike England, vocero de la TSA, en una entrevista realizada vía correo electrónico. «El cacheo lo realizará un agente de la TSA del mismo género».

Si una alarma no puede ser resuelta a través de un cacheo, dijo, podría pedírsele al pasajero que se retire la cubierta de la cabeza en un área de revisión privada.

Con o sin prendas religiosas

Muchos estadounidenses musulmanes afirman que, con demasiada frecuencia, simplemente son blancos de las revisiones.

«Desafortunadamente, la red de terrorismo mundial creó un perfil racial contra los musulmanes», dijo Hilal Elver, profesora de la Universidad de California en Santa Bárbara y autora de The Headscarf Controversy: Secularism and Freedom of Religion» (La controversia de la pañoleta: Laicismo y libertad religiosa).

En un correo electrónico, Elver indicó que las revisiones en el aeropuerto pueden ejercer una carga especial en las mujeres musulmanas cuyas creencias religiosas dictan que se cubran la cabeza o incluso más de sus cuerpos.

Syed, la abogada, dijo que su fe requería que se cubriera la cabeza en público. Pero dijo que algunos de sus amigos musulmanes evitan viajar con prendas religiosas o culturales e incluso «deliberadamente usan camisetas universitarias o algo así para tratar de mitigar la potencial discriminación».

No hay estadísticas confiables sobre si los estadounidenses que son musulmanes, o pudieran parecer serlo, están siendo sometidos a un escrutinio cada vez más estricto por parte de los funcionarios de seguridad de los aeropuertos. Pero varios grupos defensores de los derechos humanos lo han planteado como un tema de creciente preocupación, incluidos el Consejo sobre las Relaciones Estadounidenses-Islámicas, Activistas Musulmanes, la Unión de Libertades Civiles Estadounidenses, y el NAACP.




«Es un derecho de todos los estadounidenses viajar libremente», dijo Brenda F. Abdelall, funcionaria de Activistas Musulmanes, un grupo nacional de defensa legal con sede en Oakland, California. «Es un problema que los individuos tengan que modificar su comportamiento, o preocuparse antes de viajar sobre lo que van a vestir o qué puedan decir».

Daayiee Abdullah, un hombre afroamericano que es presidente del Instituto de La Meca, un seminario islámico en línea en Washington, dijo que se reservaba el derecho a usar una prenda cultural como una thobe –una túnica larga– o un solideo mientras viaja, aun cuando se da cuenta de que podría significar un mayor escrutinio en los aeropuertos. También es un imám abiertamente gay.

«Tengo la trifecta», dijo Abdullah. «Simplemente nunca sé cuál es el problema: raza, religión, orientación sexual». Sin embargo, aconseja a quienes sienten que están siendo un blanco específico «actuar con calma y aguantar», dijo.

Corey Saylor dirige el Departamento para Monitorear y Combatir la Islamofobia del Consejo sobre relaciones Estadounidenses-Islámicas. Reconoce que no todo el escrutinio de la TSA puede atribuirse a los perfiles raciales.

«Vemos mujeres siendo sometidas a revisiones adicionales frecuentemente», dijo Saylor. «Pero es muy difícil decir con toda honestidad que es la pañoleta en la cabeza lo que está provocando eso, o el hecho de que la pañoleta en la cabeza esté floja».

England, el vocero de la TSA, dijo que la agencia pretendía volverse más sensible culturalmente.

«La TSA se asocia con organizaciones que representan a las comunidades multiculturales para reunir conocimiento, facilitar el entendimiento mutuo e intercambiar información», afirmó.

Pero, para muchos musulmanes estadounidenses, ese entendimiento está dándose muy lentamente.

Puede viajar, pero con el logo «I Love NY» en la camiseta

Raed Jarrar, un ciudadano estadounidense nacido en Irak, es gerente de relaciones con el gobierno de la organización de derechos humanos Comité de Servicio de Amigos Estadounidenses.

Jarrar obtuvo un pago acordado de US$ 240 mil en 2009 de la aerolínea JetBlue por un incidente algunos años antes. Se le había impedido abordar un vuelo mientras usaba una camiseta con la frase: «No nos quedaremos callados» en árabe e inglés, el lema de un grupo contrario a la guerra.

Los empleados de JetBlue dijeron que la camiseta asustó a los pasajeros, y le dejaron abordar el avión solo después de que se puso una camiseta con el logo del corazón de «I Love NY» que le dieron.

«Asumí una postura contra eso», recordó recientemente, «porque sentí que las suposiciones detrás de pedirme que me quitara la camiseta son las mismas suposiciones que llevan a matar a árabes y musulmanes diariamente sin pensar en ellos como seres humanos equivalentes».




Jarrar dijo que veía la situación para los musulmanes y árabes que viajan por los aeropuertos y otros recintos públicos como parte de una evolución continua que varios grupos étnicos en Estados Unidos han experimentado; «ya sean japoneses-estadounidenses, o chinos-estadounidenses, o italianos, o incluso los irlandeses-estadounidenses en cierta etapa».

Para los estadounidenses musulmanes, «discutir este tema ahora», dijo, «es uno de los pasos importantes hacia enfocarse como nación y tratar de manejarlo, y resolverlo».

Por Michael T. Luongo
Con información de El Observador

©2016-paginasarabes®

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