Del origen árabe de bahía
La palabra bahía es considerada por la R.A.E. como de origen incierto, quizá de ascendencia vasca, y definida como «Entrada de en la costa, de extensión considerable, que puede servir de abrigo a las embarcaciones».
Coraminas se inclina por una procedencia del francés baie, que es, a su vez, de origen incierto, y que aparece documentada desde la segunda mitad del siglo XIV por libros de navegación alemanes; en francés aparece en 1483; el inglés bay aparece en textos de 1317 y el alemán bai en el siglo XV. La primera documentación castellana se sitúa en 1476, apareciendo por primera vez como vaya, en una epístola de Diego de Valera, con referencia a la bahía de Cádiz. En Nebrjja se encuentra «baía de mar: sinus, statio». Pedro de Alcalá, a pesar de basar su Vocabulista en el diccionario de Nebrija, no recoge este vocablo; es posible que no creyera necesario incluirlo porque fuera ya una voz familiar para los moriscos.
Creo que su étimo podría ser el vocablo árabe hay’a, que Kazimirski recoge como equivalente a ba’a, y que significa «vivienda, morada, paradero, albergue, posada, hospedería, hospedaje». Corriente identifica bay’a con bí’a, «ambiente, medio», y traduce ‘ilm al-bay’a como «ecología’ .En el diccionario de Reig figuran estas voces con el significado de «medio, medio ambiente, entorno». Lane, en una semántica paralela, define la palabra bí’a como «A mode, or manner, oftaking for oneself a place of abode«, citando la siguiente frase: báta bi-bf’af» saw’in, que traduce por «He passed the nigth in an evil state or condition».
El verbo ba’a, en su forma I, significa «volver, retornar, traer de nuevo, hacer volver a casa »; en la que vale igual que la I y, además, «hospedar o alojar a alguien» y también «hacer alto en un lugar, pararse»; en la IV se insiste en la semántica de la I, añadiendo «preparar (una vivienda) para recibir a alguien, preparar albergue para, dar hospitalidad a alguien», «hacer alto, parar en, establecerse» y «huir, evitar alguna cosa»; en la V es «venir al albergue, establecerse, residir, afincarse en, entrar en» y en la X «elegir un lugar para el alojamiento y prepararlo para recibir allí a la gente» y «regresar junto a los suyos».
En en esta raíz verbal se encuentra perfectamente adecuada la semántica de nuestra palabra actual bahía, puesto que este entrante de la mar en tierra constituye el perfecto refugio, tanto para establecer allí una residencia acogedora para las naves, como para guarecerse en cualquier momento de peligro de tempestad y poder huir de él.
Corominas afirma que bahía sólo es popular en la toponimia de América y del Sur de la Península, desde Setúbal a Málaga’, es decir, en las zonas adonde el castellano y el portugués no fueron llevados hasta el siglo Xlll y cuya toponimia es de creación por lo general moderna. Este hecho hace pensar en una confirmación de que la tradición de las denominaciones árabes se mantuvo persistentemente viva sobre las influencias romances.
Por Elena Pezzi
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