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Bioterrorismo y NOM: Gripe A (o N1H1)

Bioterrorismo y NOM
Bioterrorismo y NOM

Hacia finales de aquel frío Diciembre de 2013, me comentaban sobre un contagio. Se trataba de la ya tristemente célebre “Influenza Tipo A”, o “Gripe A”, o el mote más técnico de “N1H1”. Allí comencé a investigar, recolectar material y escribir esta nota que, por otras circunstancias, (ajenas a la misma), jamás publiqué, hasta ahora.




Yo tengo más certezas que dudas con respecto al origen  “de laboratorio” de dicha cepa, pero siempre es conveniente revisar la historia antes de verter una opinión “pública” al respecto, y justamente éso es lo que haremos.

La gripe A (H1N1) , fue una pandemia causada por una variante del Influenzavirus A (subtipo H1N1), que surgió en el año 2009 descubierta por los doctores Torres y Puccio Ponte en la Universidad de Miami. (No en cualquier país, sino en EEUU).

Este virus fue conocido oficialmente por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como Virus H1N1/09 Pandémico, haciendo referencia al año de su aparición. Esta nueva cepa viral es conocida como gripe porcina (nombre dado inicialmente), gripe norteamericana (propuesto por la Organización Mundial de la Salud Animal) y nueva gripe (propuesto por la Unión Europea), nombres que han sido objeto de diversas controversias. El 30 de abril de 2009 la Organización Mundial de la Salud (OMS) decidió denominarla gripe A (H1N1). Esta es una descripción del virus: la letra A designa la familia de los virus de la gripe humana y de la de algunos animales como cerdos y aves, y las letras H y N (Hemaglutininas y Neuraminidases) corresponden a las proteínas de la superficie del virus que lo caracterizan.

Pero aquí viene lo interesante… El origen de la infección es una variante de la cepa H1N1, con material genético proveniente de una cepa aviaria, dos cepas porcinas y una humana que sufrió una mutación y dio un salto entre especies (o heterocontagio) de los cerdos a los humanos, para después permitir el contagio de persona a persona. ¿Cómo puede en verdad darse este “salto entre especies”?. ¿Sería exagerado pensar que este “salto” haya sido “patrocinado” por algún laboratorio del imperio?, ¿sería aún más descabellado pensar en los rudimentos de una guerra química a gran escala que utilizó a la H1N1 como tester y al tercer mundo como sus conejillos de indias?, ¿tan equivocados estaríamos si hablaramos de bioterrorismo?... Sigamos analizando…

“Cantidades desconocidas de ARN (ácido ribonucleico) y ADN de cultivo de tejido animal y humano han sido encontradas también en las vacunas de ingeniería genética.”

El 11 de junio de 2009 la Organización Mundial de la Salud (OMS) la clasificó como de nivel de alerta seis; es decir, “pandemia en curso“. Para poder clasificar una enfermedad a dicho nivel, debe verse involucrada la aparición de brotes comunitarios (ocasionados localmente sin la presencia de una persona infectada proveniente de la región del brote inicial). Sin embargo, ese nivel de alerta no define la gravedad de la enfermedad producida por el virus, sino su extensión geográfica.

El 10 de agosto de 2010 la OMS anunció el fin de la pandemia, 14 meses después y luego de haberle dado la vuelta al mundo. La pandemia tuvo una mortalidad baja, en contraste con su amplia distribución, dejando tras de sí unas 19.000 víctimas.




En aquellos años, los trabajadores de la Salud, (médicos y enfermeros), de España, se habían pronunciado en contra de la vacunación, bajo el lema “Pandemia No Hay Ninguna, ¡Detengan La Vacuna!”. Es que querían obligarlos a vacunarse, ya que son un grupo de riesgo al estar en contacto directo y permanente con los infectados. Pero ellos bien sabían los riesgos de vacunarse y que todo era un gran negocio de los laboratorios… yankies, dueños de las licencias de las vacunas.

En principio debemos tener en cuenta que las vacunas impiden la inmunidad natural. Cuando un individuo es infectado por una enfermedad transmisible, su sistema inmunitario responde a través de una sofisticada red de reacciones entrelazadas que pueden producir inmunidad de por vida a enfermedades naturalmente adquiridas. Estas milagrosas defensas existen, en parte, para evitar que los microbios y virus invasores se apoderen de los sistemas y órganos del cuerpo.

Pero las vacunas, que contienen virus vivos y muertos, bacterias muertas, ADN modificado genéticamente y conservantes químicos,(en el mejor de los casos), son inyectadas directamente en el flujo sanguíneo, traspasando la respuesta inmunitaria natural. Esto priva al organismo de la habilidad de desarrollar naturalmente una inmunidad de por vida. La vacunación en masa es un intento del hombre de quitar la respuesta natural del desarrollo humano y reemplazarla con una serie de infecciones y respuestas inmunitarias impuestas artificialmente y determinadas por el plan de vacunación.

Es muy importante y valiente la actitud tomada por los trabajadores de la salud españoles, ya que la profesión médica es extremadamente reacia a reconocer las reacciones adversas de la vacunación, incluso cuando la reacción es instantánea u ocurre dentro de unas pocas horas. Y como no hay estudios que hayan seguido la pista a los efectos negativos que ocurren a largo plazo, las reacciones que aparecen días, semanas o años más tarde casi nunca son atribuidas a la vacuna. Un hecho poco conocido es que no existe ni un solo estudio que pruebe que las vacunas son seguras a largo plazo.

¿Pero cuál sería la función de los laboratorios sino testear la reacción de los organismos vivos a las cepas inoculadas?

Un ejemplo muy conocido de una reacción negativa de una vacuna a largo plazo ocurrió con la vacuna de la polio usada a finales de los años 50 y a principios de los años 60. En esta vacuna se encontró contaminación con un virus de mono, SV40, que había contaminado la vacuna durante su producción. Y aunque el virus fue descubierto en 1960, la vacuna contaminada continuó administrándose a los niños americanos durante tres años más con el total conocimiento de las autoridades sanitarias del gobierno, hasta que fue retirada en 1963. Treinta años más tarde, el SV40 ha sido aislado en cánceres de huesos, cerebro y pulmones de adultos discapacitados y fallecidos. El desastre de la vacuna SV40 prueba una conexión directa entre una vacuna y un cáncer de lento crecimiento que se desarrolló décadas después de la vacuna.

Un ejemplo muy claro de la pobre documentación sobre información adversa, (“efectos colaterales“), ocurrió durante el reciente Programa de Vacunación contra la Varicela de 2003 del Presidente Bush. Antes del programa, a la población se le dijo repetidamente que se esperaban tasas de fallecimiento por la vacuna de uno a dos por millón. De hecho, hubo tres muertes (de las que nosotros sabemos) entre los aproximadamente 36.000 civiles y unos pocos cientos de convencidos seguidores que fueron vacunados. Esto hace que la tasa de fallecimiento sea 80 veces más alta que aquella que el CDC le dijo al público que se esperaría. Reacciones adversas serias como hinchazón del cerebro, inflamación del corazón, ataques al corazón, ulceración incontrolada de la piel, entre otros, aparecían en uno de 583 casos, tasa siete veces más alta que la original estimación del CDC de uno de 4.000.

Siguiendo con el hilo de la investigación, nos topamos con que la hepatitis B es primariamente una enfermedad adulta transmitida a través de la sangre y los fluidos corporales. Las poblaciones de alto riesgo son: drogadictos, heterosexuales y homosexuales con muchas parejas sexuales, trabajadores de la salud expuestos a sangre, y bebés nacidos de madres infectadas. En 1996, 270 niños de menos de 14 años fueron infectados con la hepatitis B, con sólo 54 casos en el grupo de edad de 0-1 año.

Hemos detallado las poblaciones de riesgo, y sobre este punto volveremos más adelante…

En 1986, Merck & Co. empezaron a vender la primera vacuna contra la hepatitis B genéticamente modificada. Un flagrante ejemplo de la pobre ciencia detrás del desarrollo de las vacunas, la FDA aprobó la vacuna para su uso sólo después de que 1.636 dosis de Recombivax HB fueran administradas a sólo 653 niños que fueron posteriormente monitorizados durante sólo 5 días después de cada dosis.

Desde la introducción de esta vacuna, ha habido cientos de informes en la literatura médica (la mayoría publicados en revistas médicas internacionales fuera de Estados Unidos) citando enfermedades del sistema nervioso central, esclerosis múltiple, síndrome de Guillain-Barre, artritis, graves erupciones cutáneas, fiebre, fatiga crónica y Síndrome de Muerte Súbita Infantil (SMSI) como un resultado directo de la vacuna. Los padres han rellenado decenas de miles de informes de reacciones adversas, incluyendo visitas a urgencias, hospitalización y muertes. Un estudio en Nueva Zelanda informaba sobre un aumento del 60 % en la diabetes juvenil tras una masiva campaña para vacunar a bebés de 1988 a 1991 con la vacuna de la Hepatitis B. Incluso la misma compañía Merck admite la existencia de quejas sistémicas de fiebre, dolor en las articulaciones, fatiga y debilidad en hasta el 17 % de todas las inyecciones de hepatitis B.

Y quizás lo más contundente de todo esto, más del 50 % de los médicos encuestados en el Reino Unido rechazaron ponerse la vacuna hepatitis B ellos mismos, citando los conocidos peligros de la vacuna, y eso siendo ellos profesionales médicos que trabajan en hospitales y que pertenecen por tanto a un grupo de alto riesgo expuesto a sangre y a agujas a diario en su trabajo.

Pero lo más inquietante es la pregunta fundamental de por qué esta vacuna fue recomendada para bebés en primer lugar.




En 1996, había 1.080 informes de reacciones adversas entre bebés de 0 a 1 año por la vacuna, incluyendo 47 muertes. Si sólo el 10 % de las verdaderas muertes y daños están siendo denunciados -una estimación muy optimista- esto significa que realmente hubo 10.800 reacciones adversas y 470 muertes por la vacuna. Sin embargo, en ese mismo año, sólo hubo 54 casos infectados con la enfermedad en el grupo de 0 a 1 año.

Esta aterradora ecuación revela que por cada niño que adquiere la hepatitis B, la vacuna mata a 9 bebés y daña a 200.

Por lo cual, salvo el enorme rédito económico de los laboratorios y sus “socios” que le hacen lobby, y algún otro beneficio, ¿secundario?, como el militar, ¡no entendemos cual es el beneficio de vacunarse!

Además de los problemas con las vacunas de ingeniería genética, muchas vacunas, en especial la MMR, la de la varicela y las de la polio de Sabin, inyectan virus vivos dentro del cuerpo. Varios estabilizadores y conservantes se añaden incluyendo formaldehído, plomo, aluminio y MSG (monoglutamato sódico). Cantidades desconocidas de ARN (ácido ribonucleico) y ADN de cultivo de tejido animal y humano han sido encontradas también. Se usa el conservante hecho con mercurio, el thimerosal en las vacunas, la industria farmacéutica todavía usa mercurio en las vacunas de la gripe, una nueva adición al plan de vacunación recomendado para niños que empieza a los 6 meses. Adicionalmente, la industria médica continúa usando montones de vacunas conteniendo thimerosal hasta que las existencias se agoten, en vez de sacarlas del mercado inmediatamente, como deberían.

Más de 500.000 niños sufren de autismo, con 40.000 nuevos casos diagnosticados cada año. La enfermedad era desconocida hasta 1943, cuando fue identificada y diagnosticada entre once niños nacidos después de que el thimerosal fuera añadido por primera vez a las vacunas de los bebés en 1931.

No podrías construir un solo estudio que muestre que el thimerosal es inocuo“, dice el Dr. Boyd Haley, una de las autoridades mundiales en toxicidad del mercurio y jefe del departamento de química de la Universidad de Kentucky. “Es simplemente demasiado tóxico. Si inyectas thimerosal en un animal, su cerebro enfermará. Si lo aplicas a tejido vivo, las células mueren. Si lo pones en una placa de petri, el cultivo muere. Sabiendo estas cosas, sería increíble que uno lo pudiera inyectar en un bebé sin causar daños”.

El thimerosal le permite a la industria farmacéutica envasar las vacunas en viales que contienen múltiples dosis. Los viales más grandes cuestan la mitad de producir que los más pequeños, de una sola dosis, y por tanto hacen que los programas de vacunación en masa sean más rentables, de ahí las declaraciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), de pandemias aquí y acullá, a diestra y siniestra… hay que sostener la industria farmacéutica que tantos dividendos dá, ya denunciados por Michael Moore en Bowling For Columbine (Ver Notahttps://paginasarabes.com/2012/07/27/son-las-armas-pero-no-solo-las-armas-michael-moore/)

Pero no hay que preocuparse, los laboratorios están cubiertos. Según la legislación federal de Estados Unidos adoptada por el Congreso desde 2001, una Autorización de un Caso de Emergencia permite la inmunidad de cualquier empresa farmacéutica frente a la responsabilidad legal cuando haga ensayos en la población con vacunas experimentales durante una emergencia de salud pública declarada si los inyectados sufren daños.




Entonces, si se sigue haciendo, ¿no estamos ante un control poblacional por parte del NOM en base a medicamentos que Ipso facto saben que dañan más de lo que curan? Porque bien sabemos que los laboratorios que producen dichos fármacos, son yankies o licenciatarios de los laboratorios yankies. (Ya volveremos sobre este asunto…).

Pero volvamos, luego de esta introducción, al tema de marras:

Bioterrorismo-NOM: Gripe A (o N1H1) 2º Parte

Por Moro
Para Páginas Árabes


Fuentes:


©2015-paginasarabes®

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Bioterrorismo y NOM: Gripe A (o N1H1) por Moro se distribuye bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivar 4.0 Internacional.
Basada en una obra en https://paginasarabes.com/2015/01/26/bioterrorismo-y-nom-gripe-a-o-n1h1.

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