Del dominio de sí
Unos hermanos de Scitia quisieron ver al abad Antonio. Se embarcaron en una nave y se encontraron en ella a un anciano que también quería ir donde Antonio. Pero los hermanos no lo sabían . Sentados en en el barco hablaban de las sentencias de los Padres, de las Escrituras y de sus trabajos manuales . El anciano guardaba silencio.
Al llegar al puerto supieron que también él iba en busca del abad Antonio. Cuando se presentaron, el abad Antonio les dijo: “Buen compañero encontrasteis en este anciano”.
Y luego dijo al anciano: “Padre , has encontrado unos buenos hermanos”.
El anciano respondió: “Son buenos pero su habitación no tiene puerta. En su establo entra todo el que quiere y desata el asno”.
Ésto lo decía porque los hermanos hablaban de todo lo que pasaba por su cabeza.
“Sean, pues, prudentes como serpientes y sencillos como palomas” (Mt 10, 16-18)
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