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«El Islam me hizo entender mejor a Oteiza y Nietzsche» – JAVIER ABDUL HAQQ SALABERRIA. EL ISLAM DESDE EL CANTÁBRICO

BEGOÑA DEL TESO

Una comunidad de nuevos y viejos guipuzcoanos quiere participar en la vida de este territorio: los musulmanes … Escribe en la revista ‘Buceo XXI’. Ha participado en el Plan de Lucha Contra El Cambio Climático y cuenta con orgullo la verdad y toda la verdad sobre la caza de la última ballena vasca cuyo esqueleto veneramos en el Aquarium. Su tatarabuelo era el patrón de la txalupa que la arponeó. Alumno de Jesuitas durante once años, llegó al Islam por el mejor camino: el sufismo, y encontró en él la espiritualidad y la tradición occidental que no reconocía en otras vías de conocimiento. Es miembro y preside varias asociaciones musulmanas.– ¿Hablamos del mar o del Islam?– El mar lo estamos matando. Ya has oído que se va a pagar a los pescadores para que capturen ¡basura! pero ¿sabías que en el Pacífico existe una isla inmensa a la que llaman ‘The Plastic Ocean’ y en la que por kilómetro cuadrado flotan 334.271 trozos de plástico?– ¡¡¡!!!– Te diré más. En esa zona, la relación entre el plástico y el placton es de seis a uno. Y añadiré: lo peor no es que el plástico no se destruya jamás sino que absorbe todo lo que hay a su alrededor. Si cianuro, cianuro. Si mercurio, mercurio. Es un destructor en potencia. No sé por qué nos preocupamos tanto del Choque de Civilizaciones. No necesitamos ningún enemigo más. Ni vivo ni muerto. Nos bastamos solitos para destruirnos.– Supongo que el Islam considerará el mal trato que damos a la Naturaleza pecado de usura.– Por supuesto. Porque el Islam no entiende la usura solo como el cobrar tremendos intereses sobre el dinero prestado, sino todo lo que destruye y corrompe la relación entre los seres humanos. El buen Islam no admite el juego sucio de los bancos, porque no acepta contratos en los que una de las dos partes termine siempre ganando y la otra sea la única que arriesgue su tranquilidad y su riqueza. En el buen Islam no se habla de comercio justo sino de economía justa.

– Le hubiese gustado contestar a la pregunta de qué le pediríamos a los políticos diciéndoles que aprendiesen de la parábola de la última ballena vasca. Cuéntela.

– Sabes del litigio que estalló entre las villas de Zarautz y Getaria tras su captura. Las dos reclamaban la propiedad del cetáceo y se arrogaban el derecho a obtener en el reparto mayor proporción de carne y aceite. Los ánimos se enconaron tanto que acabaron en juicio en Pamplona. Tanto duró la bronca que la ballena terminó pudriéndose sobre la arena sin que nadie pudiera aprovecharla….

– ¿Sabrá aprovechar Gipuzkoa la riqueza que le pueden aportar sus habitantes musulmanes?

– Ójala, insha’ Allah. Acaso a los más viejos les baste con usar las mezquitas como simples… casas regionales pero los más jóvenes, muchos de ellos nacidos ya en Gipuzkoa y conocedores del euskera prefieren la idea de centros culturales islámicos gestionados por ellos mismos, comunidad abierta, que participa en la sociedad. Centros que tengan un oratorio, sí, pero también espacios para la fiesta, la compra, la charla, la buena mesa y el intercambio de ideas y amistades. Yo llamaría a esas casas ‘Nur etxea’. Porque Nur significa ‘luz’.

– ¿Es cierto que el Islam le hizo comprender mejor a Oteiza?

– No entré al Islam a través de la religión residual árabe, sino por la espiritualidad del sufismo, que no me alejaba de mi tradición cristiana ni europea. Llegué al Islam del conocimiento, a ese que habla del ser, del vacío y se cuestiona.

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«El Islam me hizo entender mejor a Oteiza y Nietzsche» por JAVIER ABDUL HAQQ SALABERRIA se encuentra bajo una Licencia Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-CompartirIgual 3.0 Unported.
Basada en una obra en paginasarabes.wordpress.com.

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