Los sufís de Al-Andalus 3 – Por Ibn Arabi
AD-DURRAT AL-FÂKHIRAH
La conocí cuando tenía ochenta años. Un día que al-Mawrûrî y yo estábamos con ella, de repente, volvió la cabeza y gritó lo más fuerte que pudo:
«‘Alî !Vuelve y coge el pañuelo!». Cuando le preguntamos a quién se dirigía, nos explicó que Alî venía a visitarla y que se había detenido para comer al borde del río. Cuando se había levantado para reemprender el camino, se había olvidado el pañuelo. Por eso le había llamado; él volvió sobre sus pasos y lo recogió. Una hora después se presentó y le preguntamos por lo que le había ocurrido. Nos contó que se había detenido al borde del agua para comer y después que se había marchado olvidando el pañuelo. Continuó su relato diciendo que había oído a Sahms llamarlo para ponerle al corriente.
También tenía el poder de expresar los pensamientos de los demás. Sus revelaciones eran ciertas y yo vi realizar muchas maravillas.
LAS SIETE PERSONAS
Me encontré con ellos en La Meca. Que por ellos conceda a Allah beneficios a todos los Musulmanes! Me senté a su lado entre el muro de los Hanbalites y el banco de Zernzem. Era la verdadera élite de Allah. Estaban tan absortos por la Sakînah y por el temor reverencial (haybah) que ni siquiera pestañeaban. En el momento de este encuentro, no mantuvimos ninguna conversación sobre el conocimiento, pero vi en ellos una serenidad casi inimaginable.