Jesús, el hijo del hombre 1
Jonás,mujer del guardia de Herodes
Los hijos
Jesús no era casado y no se casó jamás; pero era amigo y defensor de las mujeres. Las comprendió tal como debieron comprenderlas todos los hombres en el Amor puro.
Amaba a los niños tal como debieron los hombres haberlos amado, con la fe y la comprensión. En sus ojos había la ternura del padre, el cariño del hermano y la abnegación del hijo. Tomaba a un niñito y, al colocarlo sobre sus rodillas, decía:
-En este niño se encuentra vuestra fuerza y vuestra libertad; con él formaréis el reino del Espíritu.
Dicen que Jesús desdeñaba la ley de Moisés y perdonaba a las pecadoras de Jerusalén y de los países adyacentes. En aquel tiempo yo misma era pecadora a los ojos de la gente porque amé a un hombre que no era mi esposo. Era un saduceo. Un día llegaron los saduceos hasta mi hogar, hallándose mi amante conmigo; me prendieron y me encarcelaron. Cuando fueron en busca de mi amante éste había desaparecido dejándome sola. Después de un tiempo me condujeron a la plaza pública, en donde Jesús enseñaba a la multitud. Me llevaron a su presencia, con el propósito deliberado de tentarlo y prepararle una artimaña, mas Jesús no me juzgó; por el contrario, avergonzó a mis acusadores y los llenó de reproches. Después me ordenó que me fuera en paz.
Después de aquella escena, todos los frutos insulsos de la vida cobraron sabor en mi boca. Y las rosas que nunca tuvieron aroma perfumaron mi corazón.
Y fui una mujer a quien nunca volvieron a acosar los malos pensamientos. Y me sentí libre, y jamás volví a bajar ante nadie mi frente.