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Agar – La abandonada

Agar e Ismael en el desierto- Giovanni Battista Tiepolo.

Agar había sido sacada de Egipto cuando era una niña y vendida como esclava. Probablemente había estado ya con Sara en Ur de los Caldeos. Entre muchos criados y criadas, Agar era tenida en gran estima por su ama.

Ésto es evidente por el hecho que cuando Sara quería que Abraham tuviera un hijo, cuando ella creía ser estéril, se la dio a Abraham, para que naciera de Agar el hijo de la promesa. Desde el punto de vista de Sara era imposible conceder mayor honor a una esclava.




Agar “miraba con desprecio a su señora”, ya antes de nacer Ismael, y se escapa de su dueña. Luego, cuando Sara dio a luz a un hijo, aparecen los celos entre las dos, celos que luego se trasladan de las madres a los hijos. Ismael se burla de Isaac. Aparece la discordia entre Abraham y Sara. Sólo después de la intervención de Dios, Abraham despide a Agar. Esta vez sale para el desierto con el hijo.

Pero ésto no completa el episodio de Agar, pues de él ha habido consecuencias visibles aún hoy. De Ismael proceden los árabes, de los cuales salió Muhammad. Así que la fuerza del Islam que todavía es potente en tres continentes, está en su origen unida al nombre de Agar.

De hecho, hay en esta circunstancia un misterio que no ha sido bien comprendido todavía. Es indudable que esta muchacha egipcia había llegado a un conocimiento del verdadero Dios en la tienda de Abraham.

Por la gracia de Dios había aparecido la fe en su corazón. Y a través de esta promesa había en ella fe en el Mesías. Agar había soñado que iba a dar a luz al antecesor del Mesías.

Agar fue objeto de un especial cuidado por parte de Dios. Dos veces tuvo el privilegio de ser testimonio de la aparición del Señor.

La primera vez en el camino de Shur, cuando se había escapado; la segunda en el desierto de Beerseba, cuando Ismael se estaba muriendo de sed. Con toda esta atención por parte de Dios es natural que tenga un gran significado en la historia de su reino.

Porque el Señor le dio ricas promesas. En el desierto de Beerseba le dijo claramente que haría de su hijo una gran nación. Antes le había dicho que “sería hombre fiero, la mano de todos contra él, su mano contra todos.” Y a Abraham, Dios le dijo que daría prosperidad a Ismael por ser la simiente de Abraham. Todo esto está registrado en Génesis 16:10-12 y en 21:13, mucho antes del nacimiento de Muhammad.

La profecía se ha cumplido literalmente. Y con todo, esta página de la historia, que empieza con la fe de Agar.

Agar, la abandonada

Al enviar a Agar de vuelta  a su señora, el ángel le formula la siguiente promesa: Yo multiplicaré de tal manera el número de tus descendientes que nadie podrá contarlos… Tú has concebido y darás a luz un hijo, al que llamarás ISMAEL , (Dios escucha), porque el Señor ha escuchado tu aflicción, (Gn 16,11). Agar aparece en las Escrituras por más razones que meramente estimular nuestra simpatía por el hecho que se perdió en el desierto. Aparece como un eslabón en la cadena de la Providencia insondable de Dios. El nombre de Agar está entrelazado con las raíces de la historia de los fieles de Dios.

Agar, receptora de una promesa, es consciente de su dignidad. Será madre de una descendencia numerosa. Su hijo será “El Arquero”(luchador), y su vida prosperará. Puede soportar cualquier adversidad porque sabe que goza de una dignidad inviolable. Que Dios se ocupa y se interesa por ella. Agar no ignora que ella es poseedora de algo sobre lo que su dueña no ejerce poder alguno; al fin y al cabo, Sara no puede dañarla en lo más hondo de su persona.

Agar llama a Dios “El Roí” (Dios se hace visible) (Gn 16,13)

Agar lleva dentro suyo algo indestructible y resistente al paso del tiempo. Porta en su interior, algo divino que nadie le puede quitar.

Ella es el signo de millones de mujeres abandonadas, expulsadas, que apenas tienen fuerzas para cuidar a sus hijos y, sin embargo, lo hacen, Significativamente, el texto dice que la que llora en alta voz es ella, pero añade que “Dios ha escuchado la voz del muchacho”, el llanto del niño unido al de la madre (Gen 21, 16-17). La misma voz de Dios abre sus ojos y le permite ver un pozo de agua, de manera que ambos beben el agua de la bendición de Dios y pueden vivir y mantenerse en el desierto.




Hayar, madre de Isma’il

El secreto de la elevada posición de la madre de la familia de Ibrahim, la paz sea con él, reside en que es la madre del profeta Isma‘il (Ismael), la paz sea con él, y que de su linaje salió la mejor Ummah, la Ummah Islámica y la última Ummah.

La gracia del éxito de nuestra gloriosa madre Hayar, que Allâh esté complacido con ella, en la su crianza de su hijo Isma‘il, la paz sea con él – proviene de Allâh, Enaltecido Sea, al fin y al cabo, Pues Él es quien la Eligió.

Por A.G.

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