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San Jorge – El Santo que une a los pueblos en su Fe

San Jorge

Nacido en Al-Ludd , Palestina, en el siglo III miembro de una familia fervorosamente cristiana, tuvo una infancia feliz y fue formado en los valores de Cristo. El 23 de abril del año 303, luego de haber soportado torturas y flagelación, martirio que sufrió acompañado de la Gracia de Dios en todo momento, lo que le dio fuerza suficiente para no flaquear y seguir firme en su Fe. El nombre de Jorge viene del griego y significa: “agricultor, que trabaja en la tierra”.




De la leyenda a los conceptos históricos

La forma más conocida de la leyenda de San Jorge y el Dragón es la hecha popular por la “Legenda Aurea”, y traducida al Inglés por Caxton. De acuerdo con ella, un terrible dragón había destrozado todo el campo alrededor de la ciudad de Libia, llamada Selena, haciendo su guarida en una ciénaga pantanosa.

Su aliento causaba pestilencia cada vez que se aproximaba a la ciudad, por lo que la gente le daba al monstruo dos ovejas cada día para satisfacer su hambre, pero, cuando la oveja fallaba, era necesaria una víctima humana y se hacían sorteos para determinar la víctima.

En una ocasión el sorteo recayó sobre la pequeña hija del rey. El rey ofreció toda su fortuna para comprar un sustituto, pero el pueblo se había prometido que no serían permitidos sustitutos, y por lo tanto la doncella, vestida como una novia, fue llevada al pantano. Ocurrió que San Jorge cabalgaba por el lugar, y preguntó a la doncella que hacía, pero ella le urgió a dejarla a menos que él también quisiera morir.

El buen caballero, sin embargo, se quedó y, cuando apareció el dragón, San Jorge, haciendo la señal de la cruz, bravamente lo atacó y lo atravesó con su lanza.

Entonces pidiéndole a la doncella el cordel que llevaba en la cintura, (un incidente en la historia que podría tener algo que ver con la elección de San Jorge como patrono de la Orden de la Liga), se lo ató alrededor del cuello al monstruo, y acto seguido la princesa pudo conducirlo como a un cordero.

Regresaron entonces a la ciudad, donde San Jorge le ordenó a la gente que no tuviera miedo sino que solamente fueran todos bautizados, tras lo cual cortó la cabeza del dragón y toda la gente del pueblo fue convertida.

El rey le habría dado a Jorge la mitad de su reino, pero el santo le respondió que debía seguir cabalgando y le pidió al rey que mientras tanto tuviera buen cuidado de las iglesias de Dios, honrara a los clérigos, y tuviera compasión de los pobres.

Tumba de San Jorge en Al-Ludd (Palestina)

Origen del culto al Santo Mártir

El culto de San Jorge es demasiado antiguo para permitir tal identificación, la conexión de San Jorge con la leyenda matando al dragón no lo relega a la región del mito, ya que sobre la oposición al fabuloso dragón Cristiano está el matador Teodoro de la Heraclea Británica, podemos poner a Agapito de Synnada y Arsacio, quienes aunque celebrados como matadores de dragones, fueron personas históricas.

El episodio del dragón es en verdad un muy posterior desarrollo, el que no puede ser rastreado más atrás que el siglo doce o trece. Se encuentra en la “Leyenda Dorada”, (Historia Lombárdica de Jacobo de Vorágine), y a esta circunstancia probablemente debe su amplia difusión.

Puede haber sido derivada de una alegorización del tirano Diocleciano o Dadiano, quien es a veces llamado como dragón, (ho bythios drakon), en el texto más viejo, pero a pesar de las investigaciones de Vetter, (Reinbot von Durne, pp.lxxv-cix), el origen de la historia del dragón permanece muy oscura.





De cualquier modo la ocurrencia tardía de este desarrollo refuta los intentos hechos para hacerlos derivar de fuentes paganas. Por eso ciertamente no es verdad, como afirma Hartland, que en la persona de Jorge “la Iglesia ha convertido y bautizado al héroe pagano Perseo”, (The Legend of Perseus, iii, 38). En el Este, San Jorge, (ho megalomartyr), desde un principio ha sido catalogado entre los más grandes de los mártires.

Presunta tumba de San Jorge en Yzra (Siria)

Las devociones al Santo en Oriente Medio

La antigua fecha de las devociones al santo es atestiguada por las inscripciones existentes en ruinas de las iglesias en Siria, Mesopotamia, y Egipto y la Iglesia de San Jorge en Tesalónica es también considerada por algunas autoridades como perteneciente al siglo cuarto. Más aún, el famoso decreto “De Libris recipiendis”, atribuido al Papa Gelasio en 495, da fe que ciertos apócrifos Actos de San Jorge ya existían, pero los incluye entre aquellos santos “cuyos nombres son justamente reverenciados entre los hombres, pero cuyas acciones son sólo conocidas por Dios”.

Presunta tumba de San Jorge en Alepo (Siria)

Egipto y los Coptos, la prisión del Santo Mártir

La iglesia de San Jorge en el Cairo, se levantó sobre la prisión en la que el propio San Jorge estuvo preso y fue torturado durante meses. El monasterio, como la Iglesia de San Jorge, es ortodoxo griego, y la iglesia, que es adyacente, es la sede del Patriarcado griego de Alejandría.

Ambos se construyeron sobre fortalezas romanas y algo queda de aquellos edificios. El monasterio alberga actualmente a unas treinta monjas que muestran especial veneración a  cadenas que cuelgan de la pared. Al parecer San Jorge estuvo preso allí, fue encadenado en su celda.

Hoy sus fieles creen que el santo ofrece sus bendiciones a través del frío metal. Los devotos se la ponen al cuello, se rodean el cuerpo, la llenan de besos y caricias, dicen que puede curar a paralíticos y también a los poseídos por el demonio.

Desde el siglo XVII las cadenas se han usado para atar a enfermos de posesiones pero también desórdenes nerviosos, neurosis de ansiedad, histeria, trastornos obsesivos e incluso esquizofrénicos.

La fama traspasó fronteras y en el siglo XVIII el viajero británico Richard Pococke aseguraba que los enfermos se dejaban atados durante tres días para que recobraran la sensatez.

Decía que los turcos, que dominaron Egipto durante siglos en el Imperio Otomano, venían con frecuencia porque notaban los beneficios y hasta rezaban a sus pies los viernes.

Muchos fieles escriben papelitos que luego colocarán en rendijas de las paredes, en oquedades entre ladrillos, en pequeños altares iluminados débilmente por la luz de una vela.

En el monasterio de San Jorge, a las espaldas de la iglesia, también hay una multitud de peregrinos.

Buscan, sobre todo, una minúscula celda con una puerta grandiosa en la que se encuentra una cadena de algo más de cuatro metros que dicen tiene poderes mágicos.

Se encuentra en el muro sur del templo y todo el que llega le reza, se pone la cadena al cuello, cierra los ojos y se imagina convertido en quien fuera la llevase.

Habitualmente la magia, de tenerla, se traspasa a las mujeres. El monasterio es también conocido como Deir al-Banat  data del siglo VII; para acceder a su interior hay que perderse por el dédalo de las callejuelas del barrio copto cairota y dejarse llevar casi  por el azar.

Las religiones se encuentran en este lugar. En la mezquita del Imam Husseinsunitas y chiítas olvidan sus diferencias para postrarse ante la posibilidad de que ahí repose la cabeza del nieto de Muhammad, en San Jorge, musulmanes y cristianos presentan respetos al santo vencedor de  dragones.





El culto a San Jorge se trasmite a Europa

“En tiempos de Las Cruzadas, el rey Ricardo Corazón de León se convenció en Tierra Santa de que San Jorge tenía un gran poder de intercesión en favor de los que lo invocaban y llevó su devoción a Europa, especialmente a Inglaterra”.

En Europa también su culto es muy temprano. Aparte del antiguo origen de San Jorge en Velabro en Roma, Clovis (c.512) construyó un monasterio en Baralle en su honor, (Kurth, Clovis, II, 177).

Arculfo y Adamnan probablemente lo hicieron bien conocido en Bretaña tempranamente en el siglo octavo. Sus Actos fueron traducidos en anglo-sajón, y las iglesias Inglesas fueron dedicadas a él antes de la Conquista Normanda, por ejemplo una en Doncaster, en 1061. Sin duda las cruzadas aumentaron su popularidad.

Guillermo de Malmesbury nos dice que los Santos Jorge y Demetrio, “los mártires caballeros”, fueron vistos asistiendo a los Francos en la batalla de Antioquia, 1098, (Gesta Regué, II, 420). Se conjetura, pero no está probado, que “las armas de San Jorge”, (plata, cruz y gules), fueron introducidas alrededor de la época de Ricardo Corazón de León.

Lo que es cierto, es que en 1284 en el sello oficial Lyme Regis un barco es representado con una sencilla bandera llevando una cruz. La gran cruz roja de San Jorge sobre un campo blanco continúa aún como la “insignia blanca” de la Armada Británica y es además uno de los elementos que va a hacer la Union Jack.

De todos modos, en el siglo catorce, “las armas de San Jorge” se convirtieron en una especie de uniforme para los soldados y marineros Ingleses.

Encontramos, por ejemplo, en los registros del guardarropas de 1345-49, en tiempos de la batalla de Crecy, que es hecho un cargo por 86 pequeños pendones de las armas de San Jorge proyectados para el barco del rey, y por otros 800 para los hombres de armas, (Archaeologia, XXXI, 119).

Un poco después, en las Ordenanzas de Ricardo II para el Ejército que estaba invadiendo Escocia, se ordena a cada hombre a usar “un signo de las armas de San Jorge” tanto adelante como por detrás, mientras se amenaza con pena de muerte a cualquiera de los soldados enemigos “que lleve la misma cruz o símbolo, aun cuando sean prisioneros”.

Algo antes que esto Eduardo III había fundado, (c. 1347), la Orden de la Liga, una orden de caballería de la cual San Jorge era el principal patrono.

La capilla dedicada a San Jorge en el Castillo de Windsor fue construida para ser el santuario oficial de la orden, y como parte de la insignia fue adoptado un botón o una joya con San Jorge matando al dragón.

De este modo la cruz de San Jorge se ha ido, de alguna manera, identificando con la idea de la caballería, y aún en días de Isabel, Spenser, al comienzo de su Faerie Queene, nos dice de su Héroe, el Caballero de la Cruz Roja:

“Pero en su pecho llevaba una sangrienta Cruz. La querida remembranza de su moribundo Señor por cuyo dulce amor esa gloriosa insignia llevábamos. Y la muerte, (como la vida), él siempre adoró. Nos es dicho también que el héroe pensó continuamente en infligir venganza: Sobre su enemigo, un dragón horrible y severo”.

San Jorge – manuscrito medieval (Georgia)

Patronazgo

San Jorge es o fue santo patrono y protector de diversos países, regiones y ciudades: la Corona de Aragón, Inglaterra, Portugal, Georgia, Lituania, Génova, Calabria, Barcelona, Friburgo de Bisgovia, Moscú, Cáceres entre otras.

Es uno de los santos caballeros, protector durante la Edad Media de este estamento. En Rusia se empleó como principal emblema de sus ejércitos. En Inglaterra y Provenza se usaba su nombre como grito de guerra.

Varias órdenes militares portan su nombre o sus símbolos: la Orden de Jarretera, la Orden teutónica, la Orden de Calabata, la Sacra Orden Constantiniana, la Orden de San Jorge de Alfama, entre otras.

También es patrono de diversas otras profesiones y actividades: agricultores, soldados, arqueros, prisioneros, herreros, gentes del circo, escultistas y  montañeros, .

También es protector de los animales domésticos. Su nombre es invocado contra las serpientes venenosas, las enfermedades de la piel, el herpes, la peste, la lepra y la sífilis, y en los países eslavos contra el mal de ojo.

San Jorge mártir también es el patrón de Alcoy, ciudad situada en la Comunidad Valenciana destacándose como las fiestas de moros y cristianos más conocidas del mundo, declaradas de interés turístico internacional en 1980.

Con información de Aciprensa y Allah Mahabba

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