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Las posibilidades del amor

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Las posibilidades del amor ®Pintura OttoPilny

En la literatura árabe medieval era frecuente describir el amor con nociones lingüísticas. Así, en El collar de la paloma hay unos versos donde el poeta habla de sus propios ojos, y que García Gómez tradujo:

Los llevo adonde tú vas y conforme te mueves,
como en gramática el atributo sigue al nombre.

Con arreglo a esta relación sintáctica, quien ama depende de la persona amada, pero ambas están en la misma dimensión: son palabras dentro de una frase. Es una de las posibilidades del amor.

Hace poco me regalaron un libro de un místico musulmán, al-Niffari, que vivió en Egipto en el siglo X d.C. Ojeándolo, me llamó la atención uno de los primeros epígrafes, Anta maana alkáun, que para mis adentros traduje: «Eres el significado del universo».

Como es una edición bilingüe, me fui a la parte inglesa, donde encontré «Thou is the meaning of the whole of phenomenal existence», o sea, «Vos sois el significado de cuanto existe como fenómeno».

Arberry, pues, entendía que, para el árabe alkáun, no basta simplemente con «el universo». Creo, sin embargo, que la mayor dificultad la plantea el otro término: maana, que suele traducirse por significado.

La concepción del significado asentada entre nosotros incluye tres elementos: la cosa, la idea que tenemos de la cosa y la palabra correspondiente. Es el esquema de Aristóteles. Por el contrario, la tradición árabe suele contar sólo con dos elementos: la cosa y su palabra correspondiente.

Desde el esquema aristotélico, si yo le digo a alguien «eres el significado del universo», estoy diciéndole más o menos: «Sin ti nada tiene sentido». Pero, desde la tradición árabe, es mucho más lo que afirmo. Porque, si los significados y las cosas son lo mismo, entonces una palabra sin significado es un espejismo, no existe. Lo que vengo, pues, a decir es: «Sólo tú existes».

Estamos más allá de la dependencia descrita en los versos de antes, pues los adjetivos no dejan de existir porque les falte un nombre al que calificar. Es otra posibilidad del amor. Sin la persona amada el mundo —incluido el amante— no es que pierda el sentido o la función, es que resulta ser nada.

Es el amor absoluto.

Por Salvador Peña Martín

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