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Confrontadas comunidades palestinas y judías en Chile

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Confrontadas comunidades palestinas y judías en Chile por ataques en Gaza

El drama que viven hombres, mujeres y niños de la Franja de Gaza, en medio del conflicto entre el ejército israelí y Hamás, llegó a tierras chilenas, donde se vive un indeseable “daño colateral” entre las colonias de palestinos y judíos.

La acción militar, que en 24 días ha dejado mil 416 muertos en su mayoría civiles -ancianos, mujeres y niños-, y la lógica militar impuesta a un complejo conflicto histórico repercute en las colonias de palestinos y de judíos, de gran importancia social, política y cultural en este país sudamericano.

En Chile vive una colonia de entre 450 mil a 500 mil descendientes de palestinos, más de la mitad de los “chilenos” de origen árabe, la comunidad más grande fuera del mundo árabe y cuyo 81 por ciento se instaló en el país entre 1900 y 1930.

La comunidad judía en Chile es de entre 15 mil y 20 mil miembros, siendo la tercera en América Latina, detrás de la de Argentina y Brasil.

Ambas colonias poseen una notable lista de destacados intelectuales, académicos, empresarios, artistas, deportistas profesionales y políticos que se ubican en el escenario nacional, mostrando la diversidad social e ideológica local.

Dos colonias que por lo general han mantenido una convivencia en el seno de la sociedad chilena y en las instancias de actividades comunes: la academia, el parlamento, el gobierno, la actividad comercial y empresarial, los escenarios o la literatura.

Pero los misiles y las bombas que destruyen la Franja de Gaza, y el dolor y la muerte están abriendo un abismo entre los chilenos de origen palestino y judío, que también viven el conflicto y que se miran con desconfianza y recelo.

Para este sábado 2 de agosto la Federación Palestina de Chile convocó a una manifestación a la que los participantes llegarán vestidos de negro -de luto- frente al presidencial Palacio de La Moneda para exigir el retiro del embajador de Israel en Chile.

La protesta palestina en Chile ha tenido manifestaciones callejeras, “velatones”, “pintatón” en todo el país, “cicletadas” bajo la consigna de “Gaza resiste”, apoyadas por organizaciones estudiantiles, juveniles y políticas chilenas.

La comunidad judía también se ha expresado. Una declaración firmada por una veintena de organizaciones que los agrupan expresó su solidaridad con Israel al señalar que “lamentablemente en Chile diversas organizaciones están haciendo esfuerzos para importar el conflicto”.

Los firmantes de la declaración publicada a página completa en el diario El Mercurio, denuncian lo que consideran como “la cara más cruel del terrorismo que ha conocido la humanidad”, en relación a la organización palestina Movimiento de Resistencia Islámico (Hamás).

Las organizaciones judías chilenas afirman que el accionar de Hamás “no se diferencia a otras sectas islamofacistas, que hoy aterrorizan Medio Oriente”, en referencia a al-Qaeda, el ISIS en Siria, y el grupo Boko Haram en Nigeria.

En este escenario, las entidades judías recibieron con estupor el retiro del embajador chileno en Tel Aviv, Jorge Montero, llamado a “consultas” a Santiago, en una clara expresión de condena a Israel.

En una declaración oficial, el gobierno chileno enfatizó que las acciones militares de Israel en la Franja de Gaza “no respetan normas fundamentales del Derecho Internacional Humanitario”.

Pero los vientos de guerra en la Franja de Gaza, afectan también en Chile a destacados exponentes de la cultura nacional, como el creador de la reconocida editorial LOM, Paulo Slachevsky, quien tras declarar de estar orgulloso de su origen judío, no vaciló en condenar la agresión israelí.

“Me horroriza cómo se usa toda la potencia guerrera contra la población civil, cómo se ejecuta el castigo por cada baja de mi lado, tendrán 10 o 50 del suyo”, que han aplicado las peores tiranías de la historia”, señaló el editor en declaraciones a Notimex.

“Sin duda hoy y en estos años se ha manchado de triste manera la historia de un pueblo que para muchos era sinónimo de justicia y libertad”, apuntó.

“Bien nos ha enseñado la historia que no se acallan los anhelos de libertad y dignidad con la censura y la fuerza, que no se puede hacer cualquier cosa en nombre de la seguridad y del deseo de expansión territorial”, agregó“.

“Por la fuerza se pueden ganar varias batallas, pero sostenerse sólo a través de ella pone en claro riesgo la perpetuidad”, subrayó Slachevsky.

“Es hora de parar ya, y no manchar irremediablemente nuestra memoria y sentidos de comunidad dejando a nuestros hijos un legado de infamia. Del otro lado del muro están nuestros hermanos”, enfatizó.

Con información de : Diario de la Estrella

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