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Los obscuros negocios del Siyua Batchoni

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Desde 1973 las exportaciones de armas israelíes dependen del Sibat, sigla del Siyua  Batchoni (Asistencia de Seguridad), un departamento del Ministerio de Defensa de dicho país. El Sibat fue creado luego de la indignación pública al conocerse los acuerdos secretos por venta de armas y capacitación técnica entre Israel y Sudáfrica. El Sibat no se encargó precisamente de cancelar dichos acuerdos, sino de lograr que el asunto se manejara con la mayor reserva. Así, asesores israelíes siguieron entrenando a la Fuerza de Defensa Sudafricana para combatir a los guerrilleros del SWAPO y del Congreso Nacional Africano. Diez años mas tarde se informó que ambos países colaboraban en la creación de un misil tierra-tierra llamado Jericó.

Las cifras no oficiales sobre la venta de armas israelíes estiman el monto anual de dichas operaciones en una suma cercana a los mil millones de dólares. Lo extraoficial se asocia en este caso a lo heterodoxo: el Balance Militar 81/82 del International Institute of Strategic Studies informó sobre una venta de aviones Skyhawk que, con el aval de Estados Unidos, Israel entregó a Indonesia: una nación musulmana oficialmente hostil al Estado judío. El juego norteamericano en dicha área tuvo también sus cartas marcadas: a fines de 1986, merced a la infiltración de un traficante iraní contratado por la CIA, se detuvo al general israelí Bar Am junto a dos empresarios de Tel Aviv y otros catorce hombres en el aeropuerto de Nueva York. Las autoridades de Estados Unidos los acusaron de asociación ilícita para la venta de cazas Phantom, tanques y misiles a Irán. (El escándalo del Irangate, sin embargo, tuvo el efecto de una bala de punta hueca: la repercusión en la política interna norteamericana fue aún mayor que en el terreno internacional.) Otros dos nombres de oficiales israelíes retirados se agregan a las operaciones internacionales de ventas de armas y entrenamiento paramilitar, en una complicada trama de misiones que nacieron en el marco del bajo perfil de los programas oficiales y luego se internaron en la selva de los intereses paralelos: el de Mike Harari, ex diplomático y asesor de las Fuerzas Especiales de Noriega en Panamá; y el del teniente coronel Yair Klein, filmado por la televisión europea mientras entrenaba un grupo operativo de narcotraficantes del Cartel de Medellín.

-Yo sólo ayudaba a un grupo de campesinos a defenderse de la guerrilla del M-19 -se excusó Klein frente a las cámaras. (JL)

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