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Luego de 16 años de búsqueda, detuvieron al criminal de guerra serbio Ratko Mladic

Ratko Mladic

El presunto criminal de guerra más buscado del mundo, el ex general serbobosnio Ratko Mladic, fue detenido hoy en la casa de un familiar en Serbia tras 16 años de búsqueda, y ahora deberá enfrentar un juicio acusado de ordenar la peor masacre de civiles en la Europa de posguerra.

Horas después de su arresto en la madrugada, Mladic compareció al caer la tarde ante un tribunal en Belgrado para la primera etapa de de un proceso de extradición al Tribunal de la ONU para la Antigua Yugoslavia (TPIY) de La Haya, Holanda, que lo acusa de la masacre de 8.000 hombres y jóvenes musulmanes en Srebrenica en 1995.

Mladic, de 69 años, se vio débil y caminó muy lentamente escoltado por cuatro guardias policiales, vestido con una campera y gorra azules y con lo que parecía una toalla en una mano.

El abogado del ex general serbobosnio dijo que el juez interrumpió la indagatoria por la “debilidad física” del detenido le impidió comunicarse.

El fiscal Milos Saljic dijo que Mladic afirma no reconocer la autoridad del tribunal especial para los crímenes cometidos durante las guerras de desintegración de Yugoslavia (1991-2001).

“Está al tanto que está bajo arresto, sabe dónde está y dice no reconocer al tribunal de La Haya”, dijo Aljic, quien agregó que Mladic necesita tratamiento médico y “no debería ser trasladado en este estado”.

La detención remueve la mayor barrera a las aspiraciones del gobierno serbio de ingresar a la Unión Europea (UE) y de rehabilitar la imagen del país luego de años de sospechas de que daba refugio al hombre acusado de quizás las peores atrocidades de las guerras balcánicas de la década de 1990, según analistas.

“Hemos terminado un período difícil de nuestra historia y removido la mancha del rostro de Serbia y de los miembros de nuestra nación donde sea que vivan”, dijo el presidente serbio, Boris Tadic, al anunciar el arresto.

En un operativo antes del amanecer, agentes de la inteligencia serbia irrumpieron en el escondite de Mladic, una casa de un piso de ladrillos amarillos propiedad de un pariente de la madre del fugitivo en Lazarevo, una localidad de 2.000 habitantes 100 kilómetros al noreste de Belgrado, dijeron las autoridades.

Mladic tenía dos pistolas cuando fue detenido pero no ofreció resistencia, dijeron fuentes de seguridad citadas por la agencia de noticias DPA.

Grupos nacionalistas prometieron salir a las calles para protestar contra el arresto, y Serbia aumentó su nivel de alerta de seguridad y prohibió todas las congregaciones públicas.

Un cartel que decía “Mladic Héroe” fue colgado en la entrada de Lazarevo.

Mladic enfrenta una probable pena de cadena perpetua en caso de ser juzgado por genocidio y crímenes de guerra.

El fiscal de la ONU para los crímenes de guerra tenía previsto entregar a Naciones Unidas el mes próximo un informe crítico de la falta de cooperación de Serbia en la búsqueda de Mladic que Holanda citaba como su justificación para bloquear los esfuerzos serbios de ingresar a la UE.

El mayor crimen atribuido a Mladic es la masacre de de Srebrenica, en la que 8.000 hombres y jóvenes musulmanes fueron asesinados en julio de 1995.

Todavía se recuerdan las imágenes de televisión de 1995, en las cuales se apreciaba a Mladic pavoneándose ante los tanques serbios poco después de entrar a sangre y fuego en el ex enclave musulmán de Srebrenica, entonces teóricamente protegido por “cascos azules” holandeses.

En el acta de acusación formal del TPIY se afirma que Mladic no mostró piedad alguna, separó a los hombres de las mujeres y los niños, a quienes en algunas fotografías se le veía regalando caramelos.

Una vez realizada la “selección”, se llevó a miles de hombres a unos pocos kilómetros del lugar, les obligó a cavar sus propias fosas y dio orden de ejecutarlos a lo largo de varios días consecutivos.

La masacre de Srebrenica, que le valió a Mladic ser condenado “in absentia” por crímenes contra la Humanidad y genocidio, fue la atrocidad más grave de este tipo en suelo europeo desde el Holocausto de los judíos a manos de los nazis durante la Segunda Guerra Mundial.

La canciller alemana, Angela Merkel, afirmó que con la detención Serbia “supera un importante obstáculo para acercarse a la UE” El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, celebró hoy el arresto y “aplaudió” los “decididos esfuerzos” de las autoridades serbias para capturar al fugitivo.

“Hoy es un día importante para las familias de las muchas víctimas de Mladic, para Serbia, para Bosnia, para Estados Unidos y para la justicia internacional”, dijo Obama en un comunicado emitido por la Casa Blanca.

“Aunque nunca podremos recuperar a aquellos que fueron asesinados, Mladic tendrá ahora que responder ante sus víctimas y ante el mundo ante un tribunal”, agregó y manifestó su esperanza de que sea “transferido rápidamente” a La Haya.

“Aplaudo al presidente Tadic y al gobierno de Serbia por sus decididos esfuerzos para asegurarse de que Mladic fuera hallado y que afronte la justicia”, dijo.

“Serbia elevó (con la captura) su credibilidad moral en el exterior”, dijo Tadic.

La detención de Mladic se produce tres años después de la captura del ex líder político serbobosnio Radovan Karadzic, quien actualmente está siendo juzgado por genocidio ante el Tribunal de La Haya.

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BELGRADO (Reuters) – Ratko Mladic, que ha sido detenido en Serbia, está acusado de orquestar el asesinato metódico de hasta 8.000 musulmanes en la “zona segura” bosnia de Srebrenica, la peor masacre en Europa desde la Segunda Guerra Mundial.

Los muertos fueron enterrados en fosas comunes en cuatro días.

Fue la terrible culminación de un conflicto de tres años y medio en la que el fornido general atacó la asediada ciudad de Sarajevo diariamente con artillería, tanques, morteros y ametralladoras pesadas del ejército serbobosnio, matando a 10.000 personas.

El supuesto objetivo era la “limpieza étnica”: la expulsión a la fuerza de los musulmanes bosnios, croatas y otros no serbios para limpiar las tierras bosnias y crear una Gran Serbia.

Fue una conspiración, según el Tribunal de Crímenes de Guerra para la Antigua Yugoslavia, en la que fue ayudado, armado y apoyado por el ex líder serbio Slobodan Milosevic, junto con el líder serbobosnio Radovan Karadzic.

Tanto Mladic como Karadzic, su maestro político, fueron acusados de crímenes de guerra en 1995. Siguen siendo los ídolos de un obstinado núcleo de agresivo chovinismo serbio.

Karadzic, que fue capturado en 2008 en Belgrado donde vivía bajo otra identidad, y Mladic encabezaban la lista de más buscados del tribunal durante años, después de que las potencias occidentales pusieran fin a la guerra. Pero hasta que Milosevic fue derrocado en octubre de 2000, el general vivió seguro, aunque discreto, en Belgrado.

Milosevic murió el 11 de marzo de 2006, bajo arresto, unos meses antes de que se conociera el veredicto de su juicio de cuatro años por genocidio y otros crímenes de guerra en Croacia, Bosnia y Kosovo.

Karadzic está en prisión en La Haya, donde está siendo juzgado por crímenes de guerra.

LA PERSECUCIÓN SE VUELVE SERIA

Pese a la presión externa, los reformistas pro occidentales en el poder en Belgrado aparentemente no se atrevían a tomar la iniciativa contra Mladic. Hasta 2003 se dijo que estaba siendo tratado en un destacado hospital militar.

Avistamientos esporádicos le situaron en una carrera de caballos o en un partido de fútbol. En 2004, la OTAN dijo que tenía pruebas de que había estado tomando una copa con viejos camaradas en su antiguo búnker y cuartel general en Han Pijesak, Bosnia.

Serbia estaba bajo una presión cada vez mayor para demostrar que al menos estaba tratando de capturar a un fugitivo cuya detención convencería al mundo de que se tomaba en serio el abordar los crímenes de guerra.

Después de que el reformista pro occidental Boris Tadic se convirtiera en presidente de Serbia en 2004, la presión se incrementó.

Cuando dos centinelas que custodiaban un complejo del Ejército en Belgrado murieron tiroteados en octubre de 2004, los diarios dijeron que habían sido silenciados porque habían descubierto que Mladic se escondía allí.

El ejército que Mladic creó para combatir en Bosnia fue un modelo de crueldad, temeridad y brutalidad en la tradición guerrera serbia que una vez fue apreciada en la pelea a vida o muerte contra la Alemania nazi.

Contrató a un cámara de televisión para que filmara su ataque contra el rodeado enclave de Srebrenica, para que le mostrara ensalzando a sus “chicos” y arengando a los infortunados soldados holandeses, que aceptaron erróneamente su palabra solemne de que los habitantes estarían seguros en sus manos.

Cuando la OTAN trató de contener a sus fuerzas en 1995 con la amenaza de limitados ataques aéreos, sus tropas, desafiantes, tomaron como escudos humanos a cascos azules de la Alianza, encadenándolos a posibles objetivos.

Todo lo que el ejército hizo en batalla llevó la marca de su comandante y estratega. Los responsables occidentales que lidiaron con él los días en que la política oficial era la imparcialidad llegaron a lamentar haberle dado la mano o posado para una foto.

EL PRINCIPIO DEL FIN

En noviembre de 1996, Mladic y sus principales generales cedieron a la fuerte presión occidental para que dimitieran, como fue ordenado por la presidenta serbobosnia Biljana Plavsic, que sucedió a Karadzic y ahora está cumpliendo una condena por su papel en los crímenes de guerra.

En su mundo machista y de abuso del alcohol, su humillación se vio aumentada por el hecho de que fueron purgados por una mujer, que describió a Karadzic en sus memorias publicadas en 2005 como un “cobarde” hambriento de dinero, pero calificó a Mladic de héroe.

Hijo de un combatiente en la Segunda Guerra Mundial muerto en 1945, Mladic era un agente en el Ejército Federal Yugoslavo del país comunista cuando la desintegración de Yugoslavia comenzó en 1991.

Cuando los serbobosnios se alzaron en 1992 contra la secesión de Bosnia encabezada por musulmanes, Mladic fue elegido para comandar el nuevo ejército serbobosnio que rápidamente invadió el 70% del país.

Decenas de ciudades fueron asediadas con artillería pesada que anteriormente perteneció al ejército yugoslavo y algunas poblaciones fueron quemadas frente a 22.000 tropas de la Fuerza de Protección de la ONU que permanecieron más o menos impotentes, con órdenes de no tomar partido.

Una combinación de presión occidental, armas secretas estadounidenses y entrenamiento para croatas y musulmanes cambiaron las tornas para el Ejército de Mladic, que finalmente se vio privado de material y suministros de carburante procedente de Serbia. Los decididos ataques de la OTAN hicieron el resto.

Mladic, un protagonista político por derecho propio y notoriamente impaciente con la autoridad civil, ya se había convertido en una carga para la dirección serbobosnia, que ahora estaba internacionalmente contra las cuerdas.

Diplomáticos creen que marcó el conflicto más que cualquier otro individuo, hasta que Milosevic reafirmó su autoridad en 1995 e insistió en la paz.

Reuters

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