Yemen

República de Yemen (o también del Yemen)

 

 

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Es un país de Oriente Próximo, situado en el Mashreq, al sur de la península de Arabia, rodeado por el mar Arábigo, el golfo de Adén y el mar Rojo, en Asia. Comparte fronteras con Omán y Arabia Saudita. Su capital es Saná.

La actual República de Yemen surgió en 1990 tras la unificación de Yemen del Norte y Yemen del Sur. Yemen del Norte alcanzó la independencia del Imperio otomano en 1918, mientras que los británicos mantuvieron el control en el sur del país hasta 1967. Tras la retirada de los británicos nació Yemen del Sur. Los dos países se unificaron formalmente como la República de Yemen en 1990. Un movimiento secesionista en el sur fue rápidamente disipado en 1994. En el 2000, Yemen y Arabia Saudita acordaron la delimitación definitiva de sus fronteras.

En árabe, Yemen (يمن yaman) significa “derecha”. Existen varias explicaciones de la razón de este nombre: algunos autores clásicos árabes afirman que se debe a que el país está a la derecha de La Meca o del sol de levante. Otros dicen que se debe a que Yoqtan, también llamado Qahtan –antepasado de los árabes del sur según la Tabla de las Naciones del Génesis–, giró a la derecha cuando, bajando desde el norte de Arabia, se estableció en el actual Yemen. Una última teoría extrae el nombre del hijo de Qahtan, el héroe epónimo Yaman Ibn Qahtan.

El Reino de Saba, cuya capital era Ma’rib, alcanzó un gran poderío por su situación estratégica, entre la India y el Mediterráneo, lo que le permitió monopolizar el tráfico de especias. De allí era supuestamente originaria la legendaria reina de Saba del Antiguo Testamento. A partir del siglo III d. C., el reino de Saba pasa a ser dominado por la dinastía himyarita, por lo que se habla del Reino de Himyar. En 572 el reino fue anexionado por la Persia sasánida.

En 2011, luego de la serie de rebeliones y protestas acontecidas en todo el mundo árabe, los ciudadanos yemenitas se rebelaron contra el régimen de Ali Abdullah Saleh, mediante una serie de manifestaciones pacíficas que fueron reprendidas violentamente por el gobierno.

 

HISTORIA

 

Yemen es uno de los centros más antiguos de civilización del Oriente Próximo. Su tierra, relativamente fértil en algunos valles, y su clima húmedo permitieron el desarrollo de una población estable. Sus habitantes, nómadas, se dedicaron durante toda la época antigua al pastoreo y a la cría de aves.

El geógrafo griego Claudio Ptolomeo se refirió a Yemen en sus textos como Eudaimon Arabia (término más conocido por su traducción latina, Arabia Felix). Los pueblos mediterráneos veían llegar caravanas cargadas de incienso, mirra, casia, cinamomo y láudano; o riquezas como oro, ébano, marfil y seda, por lo que dedujeron que se trataba de una tierra de fábula. Su máximo esplendor fue el reino de Saba –capital, Mariaba (Marib)– con su misteriosa reina y su relación amorosa con el rey judío Salomón, que dio origen al mito. La leyenda de Arabia Felix resurgió en el XVII, cuando comerciantes franceses, ingleses y portugueses oyeron hablar de una bebida, el “oro negro” –el café–, que se exportaba al mundo entero a través del puerto yemení de Moka.

 

ECONOMÍA

 

En Yemen, donde apenas un 1% de la superficie es irrigable, la economía sigue siendo muy arcaica. Dentro del sector agrícola conviene citar los cultivos de cereales (mijo, sorgo, trigo) y café. La ganadería yemení es bastante importante, sobre todo en lo que respecta a la cabaña de ovinos. Los recientes hallazgos de petróleo han hecho de este país un Estado productor. El subsuelo contiene notables reservas de gas natural. Posee también industrias relacionadas con la manufactura de materiales plásticos, como son la fabricación de tuberías y accesorios; también existen industrias alimenticias, textiles, madereras, químicas, tabacaleras, y de productos de papel.

Sus principales socios comerciales son Tailandia, China, Corea del Sur, Singapur, Japón, y Arabia Saudita.

 

CULTURA

 

Siendo, a pesar de las reservas naturales, uno de los países más pobres de la región, su cultura no guarda una relación con este estatus. No obstante ello, se mantienen entre la mayor parte de la población los principales hábitos y costumbres de la milenaria cultura de Medio Oriente, con toda la mística relacionada a la región.

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