Los sufís de Al-Andalus 3 – Por Ibn Arabi

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Abu Ishaq Ibraaham al-Hinnawi

 

Vivía en Ronda y fue uno de los más eminentes contemporáneos de Ibrahim b. Tarif. Miembro importante de la futuwwah, fue designado muaqddam.

Un día, cuando me despedía tras haberle visitado, salió conmigo para desearme buen viaje y me pidió que transmitiera sus saludos al shaykh Abfi ‘Abdallah al-Qastili, añadiendo: “Le dirás que tengo muchas ganas de volver a verle”. Cuando estaba ya en camino, oí tras de mí una voz que me gritaba para que me detuviera. Al dar media vuelta vi al shaykh, pero cuando quise volver sobre mis pasos, me dijo que me quedara donde estaba. Cuando llegó cerca de mí, vi que estaba llorando. Le pregunté el motivo y me respondió: “Soy un mentiroso y te he pedido que mientas por mí”. “¿Qué quieres decir”. “Si realmente tuviera ganas de volver a ver a al-Qasúll, podría hacerla fácilmente, pues soy perfectamente capaz de montar a caballo o de ir andando a verle. Ya ves lo que ocurre cuando tengo la pereza de vigilar mi alma”. Lloró de nuevo hasta que le perdoné y reemprendí la marcha.

 

Al-Ashall al-Qaba’ili 

 

Era uno de los más avanzados en la entrega al Corán y fue el Polo de su tiempo. Nos visitaba con bastante frecuencia, pero sólo hablaba del Libro. En aquel entonces, yo no sabía nada de su función.

Una noche fui informado en un sueño de que aquel hombre era el Polo del tiempo, el Socorro (al-gahwth) (*), el Iman….Al despertar, as-Sammad me pidió, de parte de Ibn Hayyun, que fuera a su jardín con un grupo de personas, entre las que se encontraba Ibn Ashall.

Al llegar al jardín, iniciamos una conversación. De pronto recordé mi visión y les dije: “Esta noche he visto una cosa sorprendente”. Al-Ashall me interrumpió: “Si quieres hablar de tu visión, no divulgues el nombre de la persona”.


Acepté y, en el momento de separamos, el shaykh me dijo: “No es conveniente que me quede en esta ciudad, pues tú sabes ya quién soy”. Después se despidió y se marchó. No le he vuelto a ver .

(*),- Si el término de “polo”(qutb) “sirve para designar a las que han realizado una estación (maqan)” de una forma especialmente eminente, de manera que “se encuentren en una misma época múltiples polos”, el término ghawth, “socorro”, es la apelación específica del Polo de la tradición islámica, el Polo del tiempo. El Socorro, dice también Ibn ‘Arabi, “es el que dispensa la ayuda a las jerarquías de los walis (…). El posee la imamat, la herencia (del profeta), la sucesión esotérica. Es el espíritu del universo (ruh al-kawn), alrededor del cual describe éste sus revoluciones (…). Se le denomina “el Socorro” porque ejerce una acción de socorro frente a los mundos gracias a su actitud generosa y a su rango excepcionafl. (Mi’raj, op, cit. pág. 265); cf. supra, pág. 1096, n. 197. De esta frma es como ‘Abd al-Qadir al-Jilani (1077-1166) fue llamado Ghawth al-a’zham, “el mayor Socorro”, y no sin razón, porque afirmó que socorrería a todos los que imploraran su ayuda, como testimonian un gran número de milagros que se refieren a este tema.

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