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¿Quién bombardea a quién en Siria?

El destructor norteamericano USS Ross lanza un misil Tomahawk contra la base siria de Shayrat ©Reuters

El ataque ordenado por Trump contra una base siria abre el enésimo frente de batalla en el país.

Al cuadrilátero sirio se le multiplican los frentes abiertos: el régimen sirio ataca a las fuerzas rebeldes; los rusos también lo hacen, pero además golpean a los yihadistas del Estado Islámico; estos últimos son objetivo diario de la coalición internacional, aunque también han recibido bombardeos de Turquía, que a su vez ha lanzado misiles a grupos armados kurdos; no hay que olvidar además las incursiones israelíes contra las fuerzas desplegadas por la milicia chií Hezbolá en el país, ni sin duda, las campañas unilaterales de Estados Unidos, primero contra los grupúsculos de Al Qaeda en el país árabe y, ahora, contra el potencial militar aéreo del régimen. Así son los frentes:

– El lanzamiento de más de medio centenar de misiles Tomahawk contra la base aérea siria de Shayrat, en la provincia de Homs, como represalia al ataque químico de Jan Seijun es la tercera vía abierta por Estados Unidos en la guerra siria. La primera es la que comanda para acabar con el Estado Islámico (ISIS, en sus siglas en inglés). En torno a este frente antiyihadista, EE UU ha reunido a más de 80 países, pero la realidad es que de los 7.469 ataques llevados a cabo en Siria desde septiembre de 2014 hasta marzo de 2017, el 95% corren a cargo de la fuerza aérea estadounidense (también participan en la ofensiva sobre el papel Reino Unido, Australia, Bahréin, Canadá, Dinamarca, Francia, Jordania, Holanda, Arabia Saudí, Turquía y Emiratos Árabes Unidos). Las bombas se concentran en la franja norte y noreste del país.

En segundo lugar, Washington ha mantenido una ofensiva regular contra los líderes de Al Qaeda que han viajado a Siria para aprovechar el vacío territorial dejado por la guerra. Aviones tripulados y no tripulados han matado a veteranos líderes de la red, sobre todo en la provincia de Idlib, como Abu al Khayr, histórico aliado de Osama bin Laden. Acciones unilaterales contra líderes yihadistas también han alcanzado la cúpula del ISIS, como sucedió en agosto de 2016 con el ataque que mató al portavoz y dirigente Abu Mohamed al Adnani.

– La aviación rusa encabeza en el seno de la coalición de aliados del régimen de Bachar el Asad el segundo gran frente abierto en el país árabe. La teoría es que esta alianza, que sobre el terreno cuenta también con milicias iraníes y de la libanesa Hezbolá, está comandada por Damasco, pero en la práctica son los aparatos de Moscú, pilotados por los propios rusos o por militares sirios, los que bombardean en prácticamente toda la zona con presencia de fuerzas rebeldes, con especial intensidad en la actualidad en la provincia de Idlib, donde el paraguas de fuerzas rebeldes radicales bajo el nombre Tahrir al Sham se ha hecho fuerte. Fue la aviación rusa, en apoyo de los cazas sirios, la que contribuyó definitivamente al asedio y caída de Alepo. Pero el apoyo de Vladímir Putin a El Asad no termina ahí, sino que se extiende hasta los focos del ISIS que ponen en riesgo el avance de Damasco, ya sea Palmira o Deir Ezzor.

Turquía ha surcado también los cielos de Siria en el marco de la operación lanzada el pasado verano para expulsar al ISIS de la frontera. La aviación ha acompañado desde agosto a los tanques del Ejército y las milicias rebeldes aliadas en la Operación Escudo del Éufrates. Desde la localidad fronteriza de Jarablus hasta Al Bab, bastión yihadista en la provincia de Alepo, Turquía ha logrado su objetivo y ha dado por terminada la misión —aunque Ankara podría retomar las operaciones más adelante en torno a Raqa, cuna del califato—. La fuerza aérea de Recep Tayyip Erdogan no ha desaprovechado la gran batalla del norte para golpear a milicias kurdo-sirias por el este y oeste y evitar que uniesen territorio bajo su control (algo que culminaría el proyecto de autonomía que los kurdos denominan Rojaba y que linda con territorio turco).

– Por último, hasta ahora y de forma más esporádica, la aviación israelí ha realizado varias incursiones en territorio sirio, con la milicia chií libanesa Hezbolá en el punto de mira. El incidente más grave tuvo lugar el pasado 17 de marzo, cuando el régimen de El Asad disparó misiles tierra-aire contra cazas israelíes que atacaban objetivos de Hezbolá. Uno de los cohetes sirios fue interceptado por el sistema de defensa antimisiles Arrow al norte de Jerusalén, según informó la prensa israelí.

Por Óscar Gutiérrez
Con información de El País

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