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Kurdistán – La tierra negada

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El nacionalismo kurdo

La historia del Kurdistán, es el resultado de una difícil situación donde están en juego los intereses de muchas naciones. En el Kurdistán parece que no hay fortuna ya que se enfrentan dos puntos que son contradictorios: por un lado, la independencia ansiada por los kurdos y, por el otro, los cada vez más ansiados recursos que las naciones preponderantes de la región desean seguir explotando.

Los kurdos se han convertido en un pueblo forzado a resistir para evitar ser asimilados. Es curioso observar cómo estados tan heterogéneos como Turquía, Irak, Irán y Siria se han confabulado y han encontrado en la negación del hecho Kurdo un factor común, y lo transforman en un motivo de alianzas para llevar a cabo una política de persecución y extermino.

Seguramente de todos estos estados el que más se ha ensañado con este pueblo es el turco, y puede afirmarse que el Kurdistán turco está tomado militarmente. En Turquía la palabra Kurdistán está prohibida. Un kurdo es ilegal. Su negación se ensaña sobre la cultura, por la negación de su identidad. Se lo niega como pueblo, se lo niega como lengua, en las costumbres, en la vida política e intelectual. Se lo censura en sus producciones ya sean artísticas o literarias y en su prensa. En lo que a política respecta, el planteamiento comienza con la igualdad de cualquier organización que se declare kurda, para los turcos el Kurdistán no existe. La represión en el campo de la cultura ha sido encaminada en forma paralela con la prohibición del idioma, y en la actualidad pasa por tratar de impedir la propagación de los rasgos culturales kurdos. Esto constituye uno de los ejes políticos de la política de asimilación que se viene desarrollando por el estado Turco.



Todo esto que se lleva a cabo contra el pueblo kurdo no hace más que darle fuerza a su resistencia, creando en ellos un sentido de unidad nacional. Pero si hay motivos que los unen, también hay los que los diferencian y dificultan en su camino hacia la autodeterminación. En la raíz del movimiento nacional kurdo se enfrentan concepciones disímiles de índole social: por un lado, la parte tradicional de los liderazgos familiares y, por el otro, la propuesta de liberación social y nacional del PKK de Turquía, que pone constantemente en cuestión las antiguas estructuras sociales de todo el Kurdistán. Es más, entre los mismos partidos tradicionalistas, de origen iraquí, surgen rivalidades que no son de índole ideológica, sino que responden a cuestiones territoriales. Sus líderes pertenecen a familias antagónicas y luchan por conseguir un mayor dominio y control de ciudades importantes, pasos fronterizos y, sobre todo, de las rutas petrolíferas.

Otro factor a tener en cuenta es la presión, ejercida por naciones foráneas, y debida a la importancia del petróleo en la región del Kurdistán. Al petróleo se le unen numerosos recursos naturales, por lo que la situación geoestratégica también tiene parte a la hora de crear un estado-nación. Estados Unidos es la principal potencia exportadora de armas a Turquía, pero no la única. La ayuda que los kurdos pueden esperar va a venir de alianzas coyunturales. Hasta ahora, ningún país de la región, ni país occidental, ni organismo internacional ha reconocido al gobierno kurdo.

La principal preocupación estriba en conseguir el apoyo internacional, y el reconocimiento de la existencia de un problema político que trasciende la cuestión humanitaria.

La fragmentación del Kurdistán

La creación de un Kurdistán unificado supondría, que Irak, Irán, Siria y Turquía sean privados de una fuente de recursos hídricos importante en la zona, ya que la mayoría de ríos y arroyos nacen en los montes de la región de Kurdistán. Otro aspecto que juega en contra a la hora de definir las bases de su autonomía es que, en dicha región, se encuentran dos de las más importantes rutas petrolíferas que llevan el crudo desde la ex URSS hacia Europa. Debidoa ello se puede decir que la región del Kurdistán tiene una importancia radical no sólo para los países en conflicto, sino también para aquellos países que se benefician de los recursos del lugar. Sabida es la importancia que los Estados Unidos asignan a Turquía como “gendarme de Oriente Medio”. Prueba de ello son los tratados firmados por ambos países para la cooperación militar y económica en cuanto a la “guerra sucia” que Turquía lleva acabo en el Kurdistán.

Tampoco se debe olvidar el papel influyente que Turquía lleva acabo en las antiguas repúblicas meridionales de la ex-Unión Soviética.

Por su parte, la Unión Europea al igual que los Estados Unidos proporciona ayuda económica. Un ejemplo de esto sería el Acuerdo Aduanero, que entró en vigor en enero de 1996. Por lo que al Kurdistán se lo ha representado varias veces como una “colonia internacional”.

Como hemos dicho anteriormente, el Kurdistán es un territorio muy rico, aunque subdesarrollado. Esto es debido a que una explotación adecuada de esta riqueza implicaría también el desarrollo cultural y político del pueblo kurdo. Es decir, el reconocimiento de una realidad nacional diferenciada, que cuestionaría los actuales regímenes unitarios de carácter policial y militar. Hasta el momento diferentes Estados han explotado los vastos recursos naturales del Kurdistán con un neto carácter colonial y depredador.

A continuación describiré algunos de los recursos naturales más explotados de la zona mencionada a modo de ejemplo:

Petróleo: el subsuelo del Kurdistán está considerado como una de las mayores reservas petrolíferas de Oriente Próximo. Casi todo el crudo extraído por Turquía y Siria surge de los pozos enclavados en la región habitada por los kurdos.

Recursos hídricos: tan o más importantes que los petrolíferos, los macizos montañosos del Taurus y Zagros son zonas en donde existe una gran cantidad de agua, que es de gran ayuda para esta árida región.

Agricultura: estas reservas de agua junto con la gran cantidad de horas de sol anuales, abren importantes perspectivas para los cultivos.

Turismo: el Kurdistán forma un semicírculo en torno a la mítica región de Mesopotamia, cuna de civilizaciones, y sus montañas han servido de refugio para las culturas que han ido sucediéndose en esta histórica región.



Reflexión final

Esta región de gran contraste, en donde la abundancia de agua y fertilidad hizo que fuera una suerte de corredor para caravanas mercantiles, mientras que los pueblos nómades se vieron atraídos también por la abundancia de pasturas y agua para su ganado, produjo una interesante amalgama étnica desde épocas inmemoriales. Pero aquel paraíso de hace tantos años es hoy una zona caliente, que forma parte de los estados de Turquía, Irak, Irán y Siria.

Hasta hoy, todos los intentos de regular el conflicto kurdo en forma pacífica han concluido en un rotundo fracaso. Los diferentes regímenes se niegan a admitir cualquier forma de autogobierno para este pueblo. No está de más mencionar las promesas realizadas y no cumplidas por la comunidad Internacional en el tratado de Sévres. Es evidente que hay dos razones para este fracaso y este incumplimiento: por un lado la cuestión económica, debido a los grandes recursos hídricos y petrolíferos de la zona; por el otro la cuestión política, que surge como contrapartida de esta riqueza y expresa pujas de interés regionales e internacionales.

Bibliografía

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Verrier, Michel. Proceso al pueblo kurdo. Le Monde Diplomatique, edición española, Junio 1999.

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NOTA DE REDACCIÓN:

Tras la invasión de Irak por parte de los EE.UU., iniciada en marzo de 2003, la situación del Kurdistán iraquí ha cambiado sustancialmente. Los kurdos iraquíes apoyaron a las fuerzas invasoras para favorecer el derrocamiento del régimen iraquí de Saddam Hussein. En la actualidad el kurdistán iraquí tiene reconocida una cierta autonomía, con un Gobierno y un Parlamento propio y con representantes kurdos en el Parlamento Nacional en Bagdad.

El ex presidente de Irak, Yalal Talaban, es un político kurdo, nombrado presidente el 7 de abril de 2005. Fue fundador y secretario general de la Unión Patriótica del Kurdistán (UPK), uno de los dos principales partidos políticos kurdos iraquíes, Talabani fue también un destacado miembro del consejo interino iraquí que gobernó tras la invasión de Irak en 2003.

Hay quien opina que el único aspecto positivo de la presencia militar estadounidense en Irak estriba en el reconocimiento de la identidad nacional de los kurdos. Por otra parte, conviene señalar que el actual estado de cosas modifica las reglas del juego en la zona. La plana mayor del ejército turco, partidaria de la intervención militar sistemática en el Kurdistán iraquí, ha modificado recientemente su estrategia. El propio Jefe del Estado Mayor de Ankara, general Ilker Basbug, optó por emplear un discurso mucho más conciliador para con los pobladores del Norte de Irak (las autoridades turcas se niegan a utilizar la expresión “Kurdistán iraquí”), tratando de disociar a la mayoría de los kurdos de los “militantes del PKK”.

Pero hay más; las relaciones entre las comunidades kurdas de los dos lados de la frontera experimentan actualmente un espectacular desarrollo. A las 1.200 empresas establecidas por hombres de negocios turcos en el Kurdistán iraquí, se suma la presencia de alrededor de 50.000 ciudadanos del país otomano que trabajan en la zona. Los turcos parecen dispuestos a aprovechar el boom económico de esta región fronteriza, donde la construcción inmobiliaria está en plano auge, al igual que la ampliación del comercio de bienes de consumo. Todo ello, merced a la bonanza derivada de la industria petrolífera.

Según el informe anual de la Cámara de Comercio de Diyarbakir, localidad turca que cuenta con una mayoría étnica de origen kurdo, los intercambios comerciales entre los dos países registraron, en 2008, un incremento del orden del 37,5 por ciento en comparación con el año anterior, ascendiendo a unos 7.500 millones de dólares.

Fuera del ámbito meramente local, cabe destacar la presencia en el Kurdistán iraquí de universidades norteamericanas y libanesas, representaciones de grandes empresas israelíes y alemanas o de grupos franceses y españoles dedicados al sector alimentario.



Los habitantes del Kurdistán iraquí empiezan a disfrutar las ventajas de su recién estrenada autonomía. La maldición de vivir encima de un océano de petróleo, que siempre ha sido un impedimento para el logro de sus aspiraciones nacionalistas, está suponiendo ahora la entrada de una fuente importante de recursos económicos que esperemos sean invertidos adecuadamente para favorecer el bienestar y desarrollo de sus habitantes.

Por Daniel Matías Daverio
Con información del Observatorio de Conflictos, Argentina

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Kurdistán – La tierra negada por Daniel Matías Daverio se distribuye bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivar 4.0 Internacional.
Basada en una obra en https://paginasarabes.com/2014/09/30/kurdistan-la-tierra-negada/.

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