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Viajes: De Ador al Castillo de Palma

Ador es un municipio de la Comunidad Valenciana, España. Perteneciente a la comarca de la Safor, en la provincia de Valencia.

La ruta a la fortificación, vinculada a Jaume I, recorre en siete kilómetros un bello paisaje, pasa por los vestigios de una vieja fuente y llega a les Pedres Campana

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Descubrir el entorno de Ador es una experiencia que cautiva. Es un pequeño municipio de la Safor que está rodeado de naturaleza. La porción principal limita por el Sur con el término de Villalonga, el cual ocupa la umbría de la Sierra de Ador.

Al norte se encuentra Palma y al este el río Serpis, que lo separa de Potries, y un corto tramo de Villalonga. Limita al oeste con Llutxent; al norte con Gandia, y por el sur, con Rótova y Palma, donde llega a 631 metros de altitud.

De entre las diferentes rutas que se pueden realizar, destaca la de la subida al Castillo de Palma, también conocido como el Castillo de Ador (los municipios están unidos), que consta de siete kilómetros. Está situado en una cima a 233 metros sobre el nivel del mar.

El mejor acceso a la fortificación es desde el camino de la Pedrera, que conduce hasta la cantera de extracción de arcillas. En la solana, parcialmente cubierta con terrazas de cultivo, la vegetación es densa y de matorral bajo. Los cultivos de esta ladera son el olivo, el almendro y el algarrobo.

El itinerario

La ruta al castillo se puede dividir en ocho tramos. El mejor horario de salida sería a las nueve de la mañana. El recorrido arranca desde la plaça de la Font hasta l’Aedo. Por el camino de l’Olivaret, entre la ombría, primero se sube por asfalto y luego por terreno de piedra.

En segundo término se llega a la parte alta. El excursionista ha de tomar la senda que, entre el pinar, lleva a la Font de l’Assester.

En tercer lugar hay que tener en cuenta que poco antes de llegar a la fuente, el camino se bifurca. Hay que ir hacia la derecha. Aprovechando la cercanía a la fuente, es muy aconsejable contemplar la que antaño fuera un querido elemento de agua.

Hasta allí subían con cántaros para llenarlos del recurso hídrico que emanaba y que era muy apreciado entre los municipios del entorno. Ahora sólo es una vieja fuente de la que únicamente queda el antiguo lavadero. Este es un lugar idóneo para el descanso. Un poquito más arriba de la fuente están les Pedres Campana amontonadas unas sobre otras. Estas resuenan al tirarles piedras. Es probable que su disposición, caídas de cualquier manera, se originara a raíz del fortísimo terremoto que en 1396 azotó por partida doble el Reino de Valencia.

En la cuarta fase del recorrido se retoma la marcha. La senda avanza entre pinos adultos y pasa junto a una balsa. Posteriormente, comienza a bajar hasta morir en un camino entre huertos de naranjas y a la vista de Alfauir. Se sigue en dirección al pueblo unos 500 metros hasta dejar el camino principal para luego volver a ascender.

En la parte alta de la finca comienza la senda que sube entre un frondoso pinar. Por fin se llega al castillo.

Y a la quinta etapa de la ruta. Para hacer más fácil su ascenso, hay una cuerda justo debajo de los muros de la fortaleza hasta el recinto superior. Aquí el visitante puede parar a reponer fuerzas, almorzar, y disfrutar del paraje.

Estos muros de origen almohade refugiaron a la primera generación de pobladores cristianos cuando la gran revuelta andalusí de 1276 puso el peligro la conquista de Jaume I.

Las vistas son magníficas. Desde el castillo se vislumbra al norte las sierras de Falconera y Marxuquera, así como la planicie donde se ubica el monasterio de Sant Jeroni de Cotalba. Al sur, los castillos de Villalonga y el Rebollet. Al oeste, los castillos de Borró y Vilella.

En sexto lugar, hay que ir pensando en el descenso. Será por la senda de la Font del Pintat que, entre antiguos bancales de secano cubiertos por el bosque, lleva a Alfauir.

La torre

Se acerca el final. El punto siete del itinerario marca la salida del municipio por la calle del Barranc. Muy importante: no hay que marcharse sin contemplar la torre andalusí que todavía aguanta pese a que los frailes del convento de Sant Jeroni de Cotalba cambiaron su función original para convertirla en almacén donde guardar la renta que les entregaban sus vasallos.

Junto al cementerio, hay que coger el camino de la izquierda. Este es el antiguo vial que llevaba desde Ador a Alfauir. Más hacia delante, el excursionista debe desviarse hacia otra vez hacia la izquierda, dejando de nuevo el asfalto.

Por último, cruzando el paisaje, la ruta culmina con la bajada a Ador. Concluido el recorrido de aproximadamente cinco horas, el visitante puede comer en cualquiera de los bares o restaurantes de estos municipios de la Safor.

Lo más típico son les ‘coques de dacsa’, que pueden llevar tomate, atún, huevo duro y anchoas, o ‘gamba amb bleda’.

Esta apasionante ruta fue programada por el departamento de Cultura del Ayuntamiento de Ador a mediados de diciembre.

La próxima se denomina Per sendes i camins a la Font del Tarro, y se realizará el domingo 19 de febrero. El punto de salida es desde la plaça del Raval a las 9 de la mañana.

Historia del castillo

En la época árabe, Ador pertenecía al Reino de Dénia, en el que el Castillo de Ador-Palma jugaba un importante papel, junto con los de Rebollet, Borró y Villalonga. Multitud de restos de la cultura árabe se han encontrado en el castillo.

Los barrios de El Barri y El Raval formaban la antigua población árabe, lo que en la actualidad es la parte más elevada de la actual población de Ador.

La historia de este castillo está estrechamente vinculada a Jaume I. El pacto entre el alcaide del Castell de Bairén y Jaume I en 1239 determinó la rendición de los castillos de su entorno. Entre ellos, el de Palma, que pasaría a formar parte de sus posesiones reales. El castillo de Palma sería utilizado como moneda de cambio y aval de deudas reales.

El castillo se encuentra sobre un asentamiento íbero tardío el cual sería ocupado con posterioridad por los romanos.

Consta de dos recintos fortificados de forma rectangular. El recinto exterior ocupa una superficie de 1.483 metros.

En la parte septentrional, el lienzo se halla reforzado por dos torres, una de planta circular con fábrica de mampostería, en mal estado de conservación, y otra construida con técnica de tapial.

Por Zoa Sanz

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