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ALGUNAS HISTORIAS SOBRE GATOS.

“Cuando los gatos sueñan, adoptan actitudes augustas de esfinges reclinadas contra la soledad, y parecen dormidos con un sueño sin fin; mágicas chispas brotan de sus ancas mullidas y partículas de oro como una fina arena vagamente constelan sus místicas pupilas…”. Cuenta una leyenda, que la gata favorita de Muhammad (BPD), Muezza, estaba profundamente dormida sobre la túnica del Profeta (BPD), cuando alguien le llamó. Entonces, para no interrumpir el descanso del minino, cortó su túnica y abandonó la habitación muy despacio, con extremo cuidado y volviendo la vista hacia atrás enternecido.

Los turcos atribuyen a la variedad de gatos blancos con ojos dispares como “regalos de Allâh” o “tocados por Allâh”. Quizá porque algunos gatitos blancos nacen con marcas de color en su cabeza, las llamadas “marcas de Allâh”. O tal vez porque Muezza, la gata querida por Muhammad (BPD) de la que ya hablamos, era un ejemplar blanco de ojos dispares…

Otro mito habla de los llamados “gatos de los deseos”: si alguien tiene un deseo muy fuerte, para que se cumpla debe colocar un gato en su regazo y susurrar en el oído del animal su petición. Después le ofrecerá abundantes golosinas, y si al gato le gustan, el deseo se cumplirá. Pero esto sólo ocurre si es realmente un “gato de los deseos”. Aunque nadie sabe de su existencia con seguridad, porque trae mala suerte si alguien cuenta que gracias a su gato su deseo se ha hecho realidad…

Según una superstición del pueblo turco, su líder Mustafa Kemal Atatürk (fundador de la República de Turquía) renacerá algún día y se reencarnará en un Angora Turco blanco con un ojo verde y otro ámbar. Es por esto que los gatos con ojos dispares son reverenciados en Turquía y reciben el nombre de Ankara kedi.

La relación del Islam con los gatos es muy particular: un devoto de Muhammad (BPD) debe respetar y cuidar a todas las criaturas de Allâh. Debe alimentarlas, pero no permitirles que compartan su mismo espacio vital. Por esta razón, los mercaderes turcos, especialemente los vendedores de alfombras, tienen a sus Angoras Turcos en sus tiendas y almacenes.

De esta forma, este grupo social relativamente adinerado ha conseguido preservar esta raza y ayudarles a reproducirse sin contradecir sus creencias y sin tener problemas existenciales. Y por ello, el Angora Turco es también un símbolo de cierto “status” social y se considera que, si alguien te lo regala, te concede un gran honor.

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